El Barça de basket pudo quitarse de encima la dolorosa derrota de la pasada jornada de la Euroliga contra el Baskonia. Aquella presentación estuvo lejos de ser la ideal para los dirigidos por Roger Grimau, pero consiguieron pasar página al defender su feudo (74-70) contra el Valencia. La victoria no fue tan brillante para el lado azulgrana, debido a lo espeso del encuentro de parte y parte. Solo Jan Vesely pudo imponerse a ese ritmo con una notable actuación individual de 17 puntos, el máximo entre los dos conjuntos.
El Barça, de más a menos
Curiosamente, el primer cuarto fue totalmente diferente al resto del compromiso. En ese tramo fue fundamental la enorme inspiración de Vesely con un total de nueve puntos. Las sensaciones fueron inmejorables para los culés, en especial porque también mostraron mucha competitividad en términos defensivos. Una combinación perfecta que permitió a los de Grimau picar adelante (25-16) en el Palau Blaugrana; sin embargo, las complicaciones surgieron a los pocos minutos.
El Valencia no permitió que el Barça de basket pudiera correr con tanta facilidad en el segundo cuarto, lo que supuso un atascamiento por parte de los azulgranas. También empezó a notarse la influencia anotadora de Damien Inglis, que ayudó a los suyos a recortar distancias en el marcador. Al descanso, los azulgranas todavía lideraban el partido (37-33), pero dejando muchas dudas. El propio Vesely reconoció en zona mixta que el equipo catalán debía mejorar en el porcentaje de tiro.
Tensión hasta el final
La misma dinámica del encuentro que se presenció en el tercer cuarto. El elenco valenciano siendo más preciso en la espesura del partido, mientras que los culés cediendo cada vez más terreno en el marcador. Otro de los problemas del Barça de basket fue la poca eficacia en los triples, llegando a registrar solo cinco aciertos en 30 intentos, lo que dio mucha vida a su rival para el tramo final.
La tensión fue creciendo en el Palau Blaugrana por el intercambio de golpes entre los dos equipos. La ventaja por parte del Barça cayó a tan solo dos unidades, lo que obligó a los jugadores a responder en el momento de mayor exigencia. En ese último cuarto emergió la figura de Abrines, que pudo anotar hasta siete puntos. La sentencia definitiva fue con un Laprovíttola que aprovechó los tiros libres a su favor para otorgar al conjunto de Grimau su sexta victoria en la Euroliga.