La jornada de la Euroliga se salda con victoria para el Barça de basket. Y de forma contundente. El equipo de Roger Grimau pudo sacudirse las dos últimas derrotas con una notable victoria (80-72) contra Panathinaikos. Los azulgranas lograron marcar diferencia a partir de la superioridad en los rebotes y la intensidad defensiva, mientras que en ataque fueron liderados por Jabari Parker con un total de 17 puntos. También fue el triunfo personal de Willy Hernangómez contra su hermano Juancho, que apenas tuvo influencia en el encuentro.
El Barça sale inspirado
A diferencia de otros partidos, el conjunto culé estuvo bastante impreciso desde la línea del triple. Fueron muchos los fallos del cuadro local en esas jugadas, aunque compensaron con su fortaleza en los rebotes defensivos y ofensivos. También fue clave la aportación inicial de Jan Vesely y Tomas Satoransky, quienes comandaron el primer cuarto con nueve puntos combinados. Entre ambos permitieron al Barça de basket picar con una pequeña ventaja (21-20) en el marcador.
Pero fue a partir del segundo cuarto que los dirigidos por Grimau fueron ampliando la diferencia. No solo con la mencionada intensidad defensiva, sino también con el despertar de Oscar Paulí y Jabari Parker, siendo figuras capitales con su precisión en los disparos. El dominio fue tan grande (45-33) que hasta Juancho Hernangómez se fue al descanso sin ningún punto anotado y con un solo rebote en sus registros.
Se duermen al final
Esas grandes sensaciones del segundo cuarto se intensificaron después del descanso. El elenco griego estuvo totalmente desarmado ante la fluidez de los ataques del Barça de basket. No hubo prácticamente oposición del rival de los azulgranas, lo que les permitió ampliar la diferencia hasta los 24 puntos (71-47), en donde varios jugadores lograron alcanzar el doble dígito en anotaciones: Jabari Parker, Oriol Paulí, Nikola Kalinic y Tomas Satoransky.
La enorme ventaja en el marcador hizo que el Barça bajara las revoluciones en el último cuarto, lo que permitió al Panathinaikos recortar un poco la distancia. Grimau dio oportunidad a varios actores secundarios para que pudieran tomar confianza, dejando el balance final en ocho puntos de diferencia (80-72) en el marcador. Un resultado que no refleja por completo la abusiva superioridad del cuadro catalán.
Se trata de un triunfo clave para los culés, que ahora espera deberá esperar una semana (10 de noviembre) para recibir en el Palau Blaugrana al Estrella Roja.