El Real Madrid consigue llevarse un enorme premio en Montjuïc. A pesar de haber sido ampliamente superados en la primera mitad contra el FC Barcelona, el elenco merengue pudo responder a partir del descanso con el ingreso de jugadores desde el banquillo. En este sentido, la gran influencia de Luka Modric supuso un punto de inflexión en el compromiso, en especial por un pésimo control de balón que terminó convirtiéndose en la asistencia que decidió el clásico.
La jugada en cuestión fue el segundo tanto de Jude Bellingham, que pudo sentenciar el duelo contra los culés al rematar en el corazón del área con mucha fortuna en el camino. El balón pudo llegar hasta la posición del centrocampista inglés debido a que Luka Modric intentó hacer un control tras su desmarque de ruptura, pero no fue el caso. El desvío en el futbolista croata fue lo que permitió que el esférico pudiera superar a Iñigo Martínez y posteriormente pudiera alcanzar a su compañero, que solo tuvo que empujarla ante Ter Stegen.
Fue esa cuota de suerte la que acompañó al Real Madrid para llevarse el triunfo en el feudo del Barça. Aunque evidentemente la influencia de Modric --jugó su partido número 500 con la camiseta merengue-- fue determinante para tratar de cambiar la dinámica en la mitad de cancha, que durante gran parte del encuentro estuvo dominada por el equipo dirigido por Xavi Hernández. Pequeños detalles que sentenciaron el clásico en Montjuïc.