Montjuïc no fue la montaña mágica para el Barça. Jude Bellingham, el futbolista de la Liga, tumbó al equipo de Xavi, muy superior en la primera parte pero superado en la segunda, para frustración de la afición azulgrana, que llenó el con más de 50.000 espectadores.
El Barça queda muy tocado en la Liga. A cuatro puntos del Real Madrid. La afición azulgrana acabó frustrada, pero nunca se rindió. Ni tan siquiera tras el segundo gol de Bellingham, un premio excesivo para el líder.
El corteo en las fuentes
Dos horas y cuarto antes del clásico, cientos de aficionados del Barça se dieron cita en las fuentes de Montjuïc. Allí comenzó un corteo de los grupos de animación, con bengalas, pancartas, banderas y cánticos a favor de su equipo y los habituales insultos al Real Madrid.
La afición del Barça fue entrando poco a poco en el estadio. También había seguidores madridistas, pero pocos. Apenas un centenar en la zona reservada a la afición del Real Madrid. No se les escuchó durante el partido, porque Montjuïc ha roto muchos tabús.
Hinchas más jóvenes
Montjuïc puede ser un estadio tan o más pasional que el Camp Nou. Hay más distancia entre la grada y el campo, pero la media de edad es inferior. Sobre todo, en el gol norte. Más allá de los cuatro grupos de la Grada d'Animació, miles de barcelonistas entonaron las habituales canciones y algún nuevo hit. También desplegaron un espectacular mosaico.
Los hinchas del Barça disfrutaron de lo lindo en la primera parte. El equipo de Xavi fue mucho mejor que el Real Madrid. Gavi y Araujo fueron los más aplaudidos. Y el gol de Gundogan desató la euforia en las gradas.
Vinicius, el nuevo villano
Sin Cristiano Ronaldo, Vinicius es ahora el jugador más odiado por la afición del Barça. Al delantero madrileño le va la marcha, pero los culés no cayeron en sus provocaciones. No hubo gritos ni insultos racistas.
La alegría de la primera parte se transformó en sufrimiento tras el descanso. El Barça fue de más a menos y el Madrid mejoró con Modric en el campo. El primer gol de Bellingham tuvo un efecto devastador. Y mucho más el segundo. El crack inglés emuló por un día a CR7 y el Madrid ganó un clásico que deja muy tocado a los barcelonistas en la Liga. La primera derrota en la montaña mágica llegó el peor día posible.