El Real Madrid sale vivo de otra jornada de Champions League. A pesar de no mostrar una imagen fiable, los dirigidos por Carlo Ancelotti lograron sacar adelante el encuentro (1-2) contra el Sporting de Braga. El cuadro merengue no tuvo problemas en picar adelante en el marcador, pero sufrieron en exceso por los numerosos ataques de su rival de turno. Unas sensaciones que no suponen mucho optimismo para el madridismo a pocos días (28 de octubre) de disputar el clásico contra el FC Barcelona.
El Madrid sufre como nunca
Fue un plan de partido bastante ambicioso por parte del conjunto portugués, buscando tener líneas adelantadas y acechando el arco defendido por Kepa. Pero la velocidad de los ataques del Real Madrid supuso un dolor de cabeza en la primera mitad, sobre todo con un Vinicius que pudo llegar a metros finales para asistir el remate de Rodrygo que abrió el marcador.
La pegada del elenco merengue se hizo sentir en la segunda mitad con un Jude Bellingham que sigue demostrando que es el guía goleador de los suyos en este comienzo de temporada. Dos goles que hicieron considerar que el partido estaba prácticamente encaminado, aunque la realidad fue que el Sporting Braga no bajo los brazos en el resto del encuentro, en especial con el tanto de Alvaro Djaló que dio esperanzas al equipo.
A partir de esa anotación, el Braga insistió hasta los últimos minutos, pero la fortuna y la poca eficacia en metros finales impidieron que llegara el merecido gol del empate. El Real Madrid, por su parte, se dedicó a sufrir para tratar de defender un resultado que no reflejó lo que se vio en los terrenos de juego. Una imagen que aumenta las dudas con respecto al duelo contra el FC Barcelona en pocos días.