La presión en el FC Barcelona es tremenda. El banquillo del club azulgrana te exprime al máximo. No hay entidad deportiva más exigente que el Barça. El entorno pasa facturas y pocas veces hay punto intermedio: cuando todo va bien, el primer equipo es el mejor del mundo y, cuando las cosas salen mal, las críticas son feroces. Por mucho que el Camp Nou no sea un estadio muy ruidoso, todo barcelonista vive el día a día de su club de manera muy pasional. Y Hansi Flick no es la excepción. A pesar de ganar al Alavés el pasado sábado (3-1), el técnico alemán terminó con la mirada perdida y Raphinha consolándole.
La imagen, captada por las cámaras de DAZN, es inquietante. Flick siempre se ha mostrado feliz y orgulloso de dirigir al Barça, pero su rostro denotaba que estaba pasando por un mal momento. El técnico alemán no consigue que el equipo carbure en esta segunda temporada.
El entrenador de 60 años, además de por sus excelentes dotes como técnico, se hizo famoso por no alterar lo más mínimo su temple. Viral fue la imagen de Flick sin esbozar ni una sonrisa cuando su Bayern de Múnich le metió ocho goles al Barça. Ahora todo ha cambiado. El míster de Heidelberg tiene las emociones a flor de piel y ya lo reconoció tras celebrar el gol al Girona con un corte de mangas.
"El Barça me ha cambiado"
"No tengo las mismas emociones que antes. Ahora igual tengo más que cuando estaba en el Bayern. Igual me ha cambiado este club, que me encanta, igual que Barcelona. Quiero darlo todo por esta entidad", explicó Flick. El corte de mangas por el que dio esta explicación es un gesto que se puede unir a cuando salió corriendo para abrazar a Ferran Torres tras empatar al Real Madrid en La Cartuja la temporada pasada o cuando dio una voltereta hacia atrás en el Bernabéu después de una ocasión fallada de Robert Lewandowski.
Hansi Flick da una voltereta en el clásico
Hansi Flick, impasible incluso en una goleada como la del 2-8
Evidentemente, en la lista entraría la cara con la que terminó el Barça-Alavés. Flick ya no puede esconder sus exaltaciones. Está comprobado y uno de los motivos por los que terminó angustiado es por la nula comunicación de los árbitros de la Liga, según apuntan fuentes del club. Como ya explicó Culemanía, el técnico teutón considera que los colegiados de la Champions League se comunican mejor y dan mejores indicaciones.
Harto de los árbitros españoles
El sábado volvió a insistir en esta idea. Marcus Sorg y José Ramón de la Fuente se fueron expulsados con roja directa y Flick no conoció el motivo. "Le preguntaron al cuarto árbitro qué pasaba y el cuarto árbitro simplemente dijo que no. Me gustaría comunicarme con él, que pidiera calma. Estamos en el mismo partido y tenemos que gestionar juntos las cosas. Hoy faltó comunicación. No algo grande, hay que ser respetuoso. Si me dice: 'cuida a tu banquillo', lo haré", argumentó.
El Barça celebra el primer gol de Dani Olmo al Alavés
De la Fuente recibió la roja en el minuto 65, "por protestar airadamente desde su área técnica al árbitro asistente", tal y como recoge el acta. Sorg fue sancionado en el 90', "por salir de su banquillo realizando gestos y protestando" cuando Joan García recibió una amarilla por perder tiempo. Flick sintió que los árbitros le estaban ignorando y de ahí su frustración.
Recuperar la mejor versión del Barça
La segunda razón que explica la desconcertante imagen de Flick la explicó Raphinha: "La sensación suya es que el equipo no está jugando en su mejor versión. Yo creo también que no estamos en nuestra mejor versión y tenemos que mejorar muchísimo". Ambos comentaron el rendimiento del equipo. "Tras el final del partido, Raphinha me decía lo mismo que la última vez: vamos a mejorar. Seremos mucho mejores en los próximos partidos", contó el entrenador culé.
Raphinha celebra su asistencia contra el Alavés
El rostro de Flick, preocupante, ha hecho saltar las alarmas del barcelonismo. El técnico de Heidelberg es un emblema. Ha revitalizado al Barça y las redes se han inundado de mensajes de apoyo y nerviosismo por la situación. El técnico de 60 años firmó en 2024 un contrato de dos años. Renovó tras la primera temporada, ampliando el convenio hasta 2027.
Pero Flick es un entrenador de ciclos cortos y el banquillo del Barça una trituradora. Frank Rijkaard duró cinco años. Pep Guardiola, cinco temporadas. Luis Enrique, tres. La afición teme que suceda lo mismo con Hansi, que no está viendo la misma intensidad en sus futbolistas que durante la campaña pasada.
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