Raphinha celebra su gol ante el RCD Mallorca FCB
La redención de Raphinha en el Barça: de descarte a entrar en los anales de la historia culé
El atacante brasileño es un hombre clave en los planes de Hansi Flick y ha protagonizado un importante crecimiento personal
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Raphinha no es cualquier cosa. El atacante brasileño es uno de los serios contendientes al Balón de Oro 2025. Además, es un líder, tanto en lo deportivo como en lo emocional, en el FC Barcelona. Es una estrella de talla mundial. No obstante, hasta hace relativamente poco, su presente era muy complejo. Su continuidad en el conjunto azulgrana no estaba asegurada y los aficionados lo tenían siempre en el punto de mira. En lo emocional, el brasileño vivió una época muy dura.
Llegó en el verano de 2022 al cuadro blaugrana, a cambio de 58 millones de euros. Sus dos cursos, especialmente el último, en el Leeds United lo avalaban. Grandes de la Premier, como el Manchester City o el Arsenal, buscaban su firma. Sin embargo, él apostó por fichar por el club de sus amores. Tuvo opciones mejores en lo económico, pero se guió por el corazón. Aunque el elenco catalán no vivía su mejor presente, nada le sacó la idea de vestir de azulgrana.
Difícil adaptación
Arribó a la plantilla dirigida por Xavi Hernández en el contexto de la tensión entre el Barça y Dembelé. El técnico egarense actuaba como mediador y partidario del francés. En lo deportivo, los dos atacantes parecían incompatibles, pues ambos querían jugar por la derecha y no brillaban al hacerlo por la izquierda. A pesar de esto, el equipo funcionó. El curso 2022/2023 acabó con la Liga y la Supercopa de España en las vitrinas azulgranas.
Raphinha, aplaudiendo a la afición del Camp Nou / EFE
En la siguiente campaña, ya sin Ousmane Dembelé, Raphinha estaba llamado a dar un paso adelante. Sería el delantero por derecha. No obstante, no funcionó. Tomó ese puesto Lamine Yamal, un joven de 16 años con un futuro prometedor. Xavi, por su parte, encontró una solución para el '11'. Lo hizo jugar como mediapunta tirado a la banda izquierda, con cierta libertad de movimientos. La nueva posición llegó hacia el final de la campaña, pero fue efectiva.
Raphinha, celebrando el gol marcado ante el Betis EFE
Hansi Flick
Rapha es un futbolista eléctrico, voraz y muy intenso. Hansi Flick, cuando tomó las riendas del Barça, no dudó en mantenerlo en la ubicación que lo había colocado de Xavi. El brasileño se adaptaba a la maravilla a su plan de juego, basado en la presión alta y verticalidad. No obstante, antes tuvo que conseguir que se quedara pues, tal y como el propio jugador reveló, estuvo muy cerca de abandonar la disciplina. Afortunadamente, no lo hizo.
Deco, Hansi Flick y Raphinha bromean durante un entrenamiento del Barça en Arabia Saudí EFE
El de Porto Alegre vivió su temporada de redención. Disputó 57 partidos, anotó 34 tantos y repartió 25 asistencias. 59 aportaciones de gol en 57 encuentros. Además, se erigió como un capitán sin brazalete. Tal fue su desempeño que llegó a ser el máximo favorito al Balón de Oro. Pese a que ahora el galardón individual parece que será para su excompetencia, Dembelé, o para su compañero Lamine, el crecimiento de Raphinha es sorprendente.
Raphinha aplaude a la afición del Barça en el clásico contra el Real Madrid en Montjuïc EFE
Sus aportaciones
El primer goleador del Barça 2025/2026 ya acumula 145 apariciones con la zamarra azulgrana. Se trata de un futbolista con un gran valor. Sus estadísticas como culé son reseñables, pues suma 105 dianas más asistencias. Ronaldinho, su ídolo, jugó 207 partidos y sumó 163 aportaciones de gol. La comparación solo tiene cabida en lo numérico, está claro, pero sirve para ejemplificar a qué nivel está el rendimiento de Raphinha.
Raphinha levanta el trofeo de la Copa del Rey, el primer paso para conquistar el triplete FCB
El internacional por Brasil ha pasado de ser un descarte para la afición culé a un intransferible. De prescindible a clave. De un futbolista normal a un candidato al Balón de Oro. Ya nadie piensa en su salida y el costado zurdo está a buen recaudo. Todo conseguido bajo el lema de Hansi Flick: trabajar para ser mejor cada día.