La magia de Lamine Yamal siempre aparece al rescate del Barça cuando más falta hace

Lamine Yamal es un crecido. Porque debe y porque puede. Lo demostró contra el Inter de Milán en la ida de las semifinales de la Champions League (3-3). Se sacó de la chistera una actuación digna de un escogido. Y así fue como calló bocas. Las de los madridistas, que detestan la confianza en sí mismo, o la de Lautaro Martínez.

"Mientras gane, no me pueden decir nada", aseguró Lamine Yamal antes del Barça-Inter. A sus 17 años, fue el encargado de atender a los medios de comunicación. Lo hizo con soltura. Se le critica por ser futbolista azulgrana y haberse formado en la Masía, la combinación perfecta. Si se llamase Michael Jordan, aplaudirían su ambición, palabras y autoconfianza.

Obsesionado con ganar

A Leo Messi le sucedía lo mismo. Tal era su obsesión por ganar, incluso fuera del fútbol, que se mosqueaba cuando perdía. Johan Cruyff, un tipo sin complejos, por encima de todo, revolucionó al propio Barcelona con su filosofía. A Lamine le pasa un poco lo mismo. Sabe que tiene un talento innato y que ha nacido para dedicarse a esto.

Lamine Yamal, después de marcarle al Inter de Milán EFE

La cara de Yamal, de hecho, lo decía todo tras el encuentro. Por su partido número 100, el club le hizo posar con una camiseta del Barça con la cifra serigrafiada. Alejandro Balde, uno de sus mejores amigos, se acercó para animarlo, pero el semblante del chico de 17 años no cambió. Estaba frustrado por haber empatado.

Inconscientemente, Lamine imitó a otra de las grandes figuras del deporte: Kobe Bryant. El jugador de Los Angeles Lakers, entre muchas frases míticas, se recuerda por el "job is not finished", tras haber, simplemente, ganado un partido, pero no haber pasado de fase. La seriedad de Yamal tras el Barça-Inter fue la misma.

Un genio llamado Lamine

El extremo azulgrana no se conformó ni con su gran actuación, algo habitual en un chico que no llega ni a la mayoría de edad. Y es que firmó un gol antológico. Dribló a dos jugadores nerazzurris, se coló en el área y, rodeado de defensas, sacó un disparo con efecto con el interior de su bota. El balón se estrelló en el palo y rebotó hasta la red.

Y Lamine dio vida al Barça, que por entonces perdía por cero goles a dos en Montjuïc. Federico Dimarco sufrió todo el talento y arsenal de trucos del futbolista catalán. En una acción le dejó tumbado. Luego, estrelló la pelota en el larguero, algo que se repitió en la segunda mitad. Yamal se pudo ir con un hat-trick, en un partido en el que no dejó de frotar la lámpara.

Deja a todos sin palabras

El delantero del Barça dejó a todos sin palabras. A Simone Inzaghi, el primero. "No he visto a un jugador como Yamal en los últimos 8 o 9 años. Tuvimos que ponerle tres jugadores encima, y naturalmente eso abrió espacios en otras zonas", declaró el técnico del Inter.

El disparo de Lamine Yamal contra el Inter de Milán FCB

A Lautaro le calló la boca. "Es un jugador importante", dijo el killer argentino, quien aseguró que no se puede comparar con Messi, algo en lo que el 19 azulgrana coincide. Sin embargo, el jugador nacido en Rocafonda le demostró que es algo más que un chico con talento.

Se crece en los grandes escenarios

Hansi Flick fue otro de los que se deshizo en elogios hacia su futbolista. "Es un jugador especial, un genio. Cuando miras los partidos repetidos, te das cuenta de los muchos detalles que hace bien. Es sorprendente que lo pueda hacer siendo tan joven, pero nos encanta que siempre esté ahí, especialmente en los grandes partidos, disfruta esos escenarios y siempre aparece”, remarcó el entrenador culé.

Lamine Yamal recibe de Ter Stegen la camiseta de sus 100 partidos con el Barça EFE

Lamine sabía que era un día grande y que no se lo podía perder. Ahora, muy serio, ya avisa a su rival. "Quería más y ganar el partido. Lo daremos todo y seguro que pasaremos", dijo a Movistar. "Hemos sido superiores, pero no vale para nada. Hay que ganar siempre", concluyó. Con el carácter de Yamal, el Barça lo tiene mucho más fácil.