El Barça celebra el gol de Robert Lewandowski al Alavés

El Barça celebra el gol de Robert Lewandowski al Alavés EFE

Primer equipo

El Barça sufre para doblegar a un Alavés ‘agetafado’ y recorta tres puntos al Real Madrid

El equipo de Hansi Flick consiguió la victoria gracias al talento de Lamine Yamal y al olfato de Robert Lewandowski, autor del único tanto del partido

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Al Barça la Liga parecía darle pereza. Sumó dos derrotas injustificables en casa, contra Leganés y Las Palmas, que hicieron caer al equipo catalán en la clasificación. Esta última, a las 14:00 horas, la de la siesta. En este horario, los azulgranas suman cuatro tropiezos consecutivos. Pero el Barça decidió deshacerse de todo prejuicio en Montjuïc, consciente de que, en los morros tenía una oportunidad de oro para engancharse a la Liga. Lo logró por los pelos, gracias al talento de Lamine Yamal, empecinado en lograr los tres puntos, y al olfato de Lewandowski, autor del único tanto contra el Alavés (1-0).

El Espanyol, tan odiado como querido en las últimas horas por su victoria frente al Real Madrid, hizo un gran favor al Barça. Por ello, Flick no se dejó nada en el banquillo. Metió a Marc Casadó en lugar de Frenkie de Jong y a Pau Cubarsí para sentar a Éric García respecto a su último once.

El año nuevo chino

De nuevo, Montjuïc albergaba el soso partido contra el Alavés sin la Grada d'Animació. En cambio, los jugadores del Barça saltaron al césped, con motivo del Año de la Serpiente, con los nombres en la camiseta en chino. No hay mejor imagen para definir en lo que se ha convertido el club azulgrana.

Lamine Yamal protege el balón de la marca de Manu Sánchez en el Barça-Alavés

Lamine Yamal protege el balón de la marca de Manu Sánchez en el Barça-Alavés EFE

Se encargó de animar la fiesta Lamine Yamal, driblando a siete jugadores del Alavés nada más sonar el silbato. Avisó Raphinha con un disparo cruzado desde fuera del área. No había mejor despertador que la magia del genio de Rocafonda, que ya alzaba los brazos reclamando ruido en las gradas.

Susto en Montjuïc

Y nadie se revolucionaba más que Gavi. Motivado con la renovación hasta 2030, primero arrolló a un rival y luego se dio un cabezazo con otro. El de Los Palacios, nervio puro, se levantó sin ayuda y con ganas de seguir jugando, a pesar de las recomendaciones de Raphinha y el doctor Pruna. La última palabra la tuvo Flick, quien arbitrariamente lo cambió por Fermín López. La peor parte se la llevó Conechny, que se marchó en camilla con un collar cervical.

El peligroso choque de cabezas entre Gavi y Conechny en el Barça-Alavés

El peligroso choque de cabezas entre Gavi y Conechny en el Barça-Alavés EFE

El partido, que prometía más energía con la jugada de Lamine, se volvió tosco, digno de siesta. Así lo quería Eduardo Coudet, técnico del Alavés, que estaba siguiendo el plan a la perfección. El Barça no tenía fluidez con balón, ni a través de Pedri ni con Casadó.

Getafe 2.0

El Barça, por momentos, veía delante a jugadores del Getafe y no del Alavés. Con un planteamiento idéntico, Coudet estaba exponiendo las carencias del equipo de Flick. Los blanquiazules se quitaban el balón de encima rápidamente, para que el Barça no pudiera presionar, y detenían el juego con faltas constantes. Hasta 11 cometieron los babazorros antes del descanso.

Lamine Yamal y Lewandowski celebran el gol contra el Alavés

Lamine Yamal y Lewandowski celebran el gol contra el Alavés EFE

Flick zarandeó el once. Sacó a Casadó, en un contexto en el que no podía robar balones, su punto fuerte, por Frenkie y a Éric por Araujo, para mejorar la circulación de balón. El Barça salía mucho más animado, pero se encontraba con la misma muralla. Solo atisbó una pequeña fractura Lewandowski.

Primero, con un cabezazo mandó la pelota cerquita del palo, a centro de Lamine. La misma combinación fue la que puso el primero en el marcador. Lamine lo intentó de volea y el balón, tras rozar en la zaga del Alavés, topó con un Lewandowski que la esperaba en el segundo palo. Puso la bota y envió la redonda al fondo de la red a la hora de partido.

Un Barça aliviado

El killer polaco salió corriendo, con los dos brazos abiertos, hacia el córner. El delantero abrió la lata, pero, algo más importante, derribó el muro vitoriano. El gol significaba los tres puntos momentáneos pero también un soplido de alivio. La Liga seguía siendo posible.

Flick cambió a Raphinha, que se marchó extremadamente cabreado, no por la sustitución sino por la actuación arbitral, que no condenaba las faltas del Alavés. Pese al gol y la ventaja, los nervios persistían. Era el primero Flick en pedir el segundo gol para certificar la victoria.

El gol que reclamaba el técnico no llegó. Flick dio algunos minutos a Gerard Martín, que entró por Balde, y a Pau Víctor, que sustituyó al goleador Lewandowski. El partido se calmó de nuevo, con un Alavés que esperó hasta el 85' para lanzarse al ataque. Pero ya era demasiado tarde.

El Barça sufrió, se desesperó y al final resolvió. Siempre, con Lamine como protagonista. El equipo de Flick se hace fuerte en la Liga. Confía en la remontada. Ya gana hasta en la hora de la siesta y está a solo cuatro puntos del Real Madrid.