
Hansi Flick y Alejandro Balde, durante el Benfica-Barça de Champions League EFE
La charla milagrosa en el vestuario del Barça durante el descanso del partido contra el Benfica
El mecánico Hansi Flick engrasó las piezas del engranaje azulgrana para evitar un ridículo causado por los errores de Wojciech Szczesny
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El FC Barcelona solo jugó la segunda mitad en Lisboa. La primera parte fue un auténtico despropósito, causado por los errores de bulto de Wojciech Szczesny. Si bien el Barça adelantó líneas y se mostró más voluntarioso antes del descanso, el 3-1 del marcador ya no se movió hasta la reanudación. Más allá de los matices tácticos, la charla de Hansi Flick en el descanso tuvo efecto milagroso en sus hombres (4-5).
Como explica Javier Miguel, colaborador de Culemanía, no hubo reprimenda en la pausa de 15 minutos. Lejos de sus famosas broncas recordadas a la selección alemana en el Mundial de Qatar, el estratega alemán prefirió impartir una clase táctica improvisada con tal de corregir la colocación de los jugadores y los movimientos sobre el campo.
Lagunas defensivas
Para empezar, la trampa del fuera de juego se desmoronaba ante la verticalidad del Benfica. Ronald Araujo había sufrido dificultades para tirar la línea con sus compañeros, por lo que el míster dio la consigna de que fuera el central uruguayo quien marcase la línea de offside.
A pesar de que los delanteros del cuadro portugués dejaban flotar al segundo capitán en salida de balón, Flick pidió a Pau Cubarsí que tirara más desplazamientos en largo. Ante la presión adelantada de los delanteros, el cuerpo técnico azulgrana instó a los carrileros a acompañar a los zagueros en salida de balón.
Bloque más compacto
En el frente de ataque, el míster insistió a Marc Casadó en una presión pospérdida más intensa. Por su parte, Gavi y Pedri debían ofrecer más líneas de pase a Casadó. La misión de Robert Lewandowski en punta de lanza pasaba por atraer a los centrales con tal de liberar a Lamine Yamal de las situaciones de inferioridad numérica. Ambos extremos debían probar sin cesar el uno contra uno.

Pedri sirve un pase medido durante el Benfica-Barça de Champions League FCB
Colectivamente, el staff emplazó a la zaga a realizar mejores coberturas y vigilancias. En términos generales, las líneas debían estar más juntas en un bloque compacto que evitase sobreesfuerzos de los futbolistas azulgranas. Con dos goles de desventaja, el entrenador germano puso el acento en los tiros desde fuera del área. No tanto para buscar el gol directo sino una segunda jugada procedente del rebote.