Los jugadores del Barça, con Éric García en primer plano, celebran la victoria del Barça en Lisboa

Los jugadores del Barça, con Éric García en primer plano, celebran la victoria del Barça en Lisboa EFE

Primer equipo

Remontada histórica: el Barça regala una noche de leyenda al fútbol en Lisboa

Raphinha, en el último suspiro, certifica una remontada épica del equipo de Hansi Flick en su estadio maldito

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El Barça se redimió en Da Luz. Perdía por 4-2 a 20 minutos del final, desquiciado por los errores de Szczesny y compañía en plena tormenta. Hansi Flick, el tipo más cabal en un club al borde de un ataque de nervios, asumía que su equipo todavía tiene muchas carencias y desajustes, pero cada día es más fuerte mentalmente y nunca se rinde. Un penalti transformado por Lewandowski, un cabezazo salvador de Éric García y una genialidad de Raphinha sellaron una remontada épica que clasifica al Barcelona para los octavos de final de la Champions.

Flick ya tiene claro el papel de cada futbolista. Para bien y para mal. El gran asunto por resolver es la portería, tal vez porque el Barça no tiene un guardameta de primer nivel, cien por ciento fiable. No lo es Iñaki Peña y tampoco Szczesny, titular en Da Luz y triste protagonista. En Lisboa, el portero polaco pudo firmar su sentencia. La victoria final atenuará su frustración y la de muchos culés.

Gol muy temprano

El Barça encaró el partido con menos tensión que el Benfica, más necesitado en Europa, que a los dos minutos castigó la distensión barcelonista con un centro de Carreras desde la banda izquierda que culminó Pavlidis tras ganar a Cubarsí en la marca. El despiste de Koundé penalizó mucho al grupo azulgrana.

Gavi controla la pelota contra el Benfica

Gavi controla la pelota contra el Benfica EFE

El gol no parecía desquiciar al Barça. Al contrario. El equipo de Flick mantuvo su plan inicial y se benefició de un absurdo pisotón de Tomás Araújo a Balde dentro del área benfiquista. Lewandowski, de penalti, empató el partido a los 12 minutos.

Noche negra de Szczesny

El Barça parecía tener el encuentro donde quería. Dominaba la pelota y Gavi pudo marcar el segundo tanto barcelonista. El Benfica reculaba y apretaba los dientes. Más pendientes de proteger a Trubin que de amenazar a Szczesny, el equipo lisboeta encontró petróleo tras un infantil error del portero polaco que arrolló a Balde y regaló la pelota a Pavlidis, libre para marcar el segungo gol local.

Pavlidis marca el segundo gol del Benfica tras un error de Szczesny, que arrolló a Balde

Pavlidis marca el segundo gol del Benfica tras un error de Szczesny, que arrolló a Balde EFE

Szczesny quedó retratado, pero su esperpéntica actuación no había terminado. Minutos después derribó a Arkurkoglu y Pavilidis, un delantero de mediopelo, logró su tercer gol en media hora. Flick no daba crédito a lo que veía, un Barça penalizado por sus errores que intentó golpear de nuevo, con remates de Lamine y Raphinha, poco atinados.

Frenkie y Fermín

Al Barça no le quedaba más remedio que avanzar líneas y apretar al Benfica, que jugaba con las líneas muy juntas y buscando las espaldas de Araujo y Cubarsí. Pedri se multipliaba para filtrar buenos pases, pero Koundé y Lewandowski no aprovecharon sus regalos y Flick movió ficha a la hora de partido, dando entrada a Frenkie de Jong y Fermín.

Lewandowski marca de penalti

Lewandowski marca de penalti EFE

El Benfica vivía plácidamente. El Barça no encontraba estímulos, pero parecía conectarse al partido tras una acción absurda de Trubin que envió el balón a la cabeza de Raphinha, colándose poco después en su portería. El miedo benfiquista duró poco en la noche de los errores. Araujo, poco después, coló el balón en su propia portería.

La jugada de Flick 

El partido estaba loco, pero el Barça no se redía. Flick revolucionó el esquema y dibujó una defensa de tres centrales --entró Éric García por Koundé-- con Pedri y De Jong gobernando la medular, Raphinha en mediapunta, Lamine y Fermín en las bandas y Ferran junto a Lewandowski, en punta. 

Raphinha celebra el quinto gol del Barça en Lisboa con todos sus compañeros arremolinados encima suyo

Raphinha celebra el quinto gol del Barça en Lisboa con todos sus compañeros arremolinados encima suyo FCB

En pleno diluvio, el equipo estaba en manos de Pedri. De su clarividencia. Lewandowski, de penalti, volvió a poner en aprietos al Benfica, frustrado poco después con un cabezazo de Éric y, sobre todo, con una carrera loca de Raphinha que silenció Da Luz. Hasta ayer, el estadio maldito del Barcelona, cada vez más entonado en la Champions.