El Barça se atasca. Ni la fiesta del 125 aniversario animó al equipo de Hansi Flick en la Liga. Dos derrotas y un empate en los últimos tres partidos constatan la confusión del líder. La UD Las Palmas, muy aplicada en defensa y letal en la contra, también destrozó la pizarra del técnico alemán el día que regresó Lamine Yamal. Cillessen, Mármol y Sandro, tres exjugadores del Barcelona, frustaron al líder y a Joan Laporta en una fecha muy señalada.
El Barça-Las Palmas era un partido especial. También lo fue el del centenario, contra el Atlético de Madrid, y ambos han terminado igual. Con derrota del equipo azulgrana. Entonces con Núñez y Van Gaal. Ahora con Laporta y Flick, quien agitó al equipo el día que no pudo contar con Marc Casadó. Alineó a Gavi de mediocentro y a Pablo Torre como mediapunta. Los sacrificados fueron Frenkie de Jong y Dani Olmo. También fue titular Fermín, a la espera de Lamine.
Cambios en el Barça
Con Pedri y Gavi en la sala de mandos, Fermín jugaba por dentro y Pablo Torre arrancaba desde la banda izquierda. Todo era extraño en el Barça, incluso su pantalón de color blanco, y Las Palmas pudo adelantarse en el marcador en una carrera de Sandro que no supo culminar el delantero amarillo.
Sandro se formó en el Barça. Es pasado, como Mika Mármol y Cillessen, y muchos querrían que de Las Palmas llegara Moleiro, un futbolista con mucha clase, a quien constantemente se compara con Pedri.
Balde se retira
Las Palmas maniató perfectamente el Barça en los primeros minutos. El equipo de Flick no encontraba espacios y los problemas para el técnico se agravaron con la la retirada de Balde, sustituido por Gerard Martín, que sufrió un duro golpe en un choque con Sandro.
El Barça de Flick se parecía al de Xavi, espeso, lento, y con problemas en defensa. Con más deseo, el equipo de Diego Martínez también pudo marcar en el minuto 35, pero el remate de Javi Muñoz salió demasiado cruzado. Desesperado, Raphina cambió su posición con Pablo Torre, encorsetado siempre el brasileño por la derecha y mucho más suelto por la izquierda o por el centro. Un remate suyo, repelido por el travesaño, fue la mejor ocasión del Barça en la primera parte.
Lamine por Pablo Torre
Flick movió ficha en el descanso. Necesitaba agitar al equipo y dio entrada a Lamine por Pablo Torre. El Barça, sin embargo, no tenía su día y Montjuïc se temió lo peor tras el gol de Sandro, que batió por bajo a Iñaki Peña. Fue un gol muy celebrado por Diego Martínez que hubiera firmado el mismo técnico barcelonista.
La tarde pintaba mal y Flick dio entrada a Héctor Fort, Frenkie de Jong y Ferran por Koundé, Gavi y Fermín. A falta de buen fútbol, apeló al orgullo el Barcelona y tuvo que ser Raphinha quien calmara los nervios de su equipo y la grada. O eso parecía, porque nadie contaba con el segundo gol canario, marcado por Fabio Silva.
Sandro fue una pesadilla para el Barça. Cillessen, también. El portero neerlandés fue un muro y frustró en varias ocasiones a Lamine y Raphinha. Mucho más apagado estuvo Lewandowski para frustración de Flick. La que parecía que iba a ser su gran obra colapsa y el equipo azulgrana ha pasado de la euforia al desconcierto en menos de un mes, para frustración de un Laporta que un día llora de alegría y otro de impotencia.