Éric García ha gozado de una semana de titularidades en el FC Barcelona. Tras su cesión en el Girona FC en el anterior curso, el canterano esperaba aprovechar sus primeras oportunidades con Hansi Flick para ganarse un lugar en el primer equipo. Pero ni la suerte ni el rendimiento han acompañado al jugador. Fue expulsado con tarjeta roja ante el AS Mónaco y contra el Villarreal ha dejado uno de los rendimientos más flojos en la sobresaliente goleada (1-5) del equipo azulgrana.
Nuevamente, el futbolista de 23 años volvió a ser considerado por Hansi Flick para jugar como mediocentro. Las bajas por lesión de Gavi, Frenkie de Jong y Marc Bernal, además del descanso de Marc Casadó, obligaron a Éric jugar como el eje de la mitad de cancha. Tácticamente es un jugador que sabe posicionarse, pero el ritmo alto y la enorme velocidad de los ataques del Villarreal le hicieron sufrir de manera considerable.
Pivote de bajo rendimiento
El cuadro groguet solo fue capaz de anotar un gol y precisamente fue responsabilidad de un Éric que rompió el fuera de juego en la jugada de Nicolas Pépé que terminó en asistencia para Ayoze Pérez. El canterano sufrió mucho a su espalda, especialmente por ser un jugador que no tiene demasiada agilidad para ser el mediocentro del Barça. Solo tuvo una acción clave contra el Villarreal al bloquear con su cara un disparo que iba directo a portería.
Como central es un futbolista que tiene capacidad para ayudar en salida, pero al estar una línea más arriba en el campo se le ven más las costuras. Nervioso en algunas acciones defensivas que casi provocan que el Villarreal marque más de un gol y muchos pases horizontales que apenas ayudaron en la construcción de las jugadas. Éric no está cómodo como pivote, aunque las lesiones en el Barça lo pueden mantener en esa posición por mayor tiempo.