De ser el nuevo Messi a ser un problema para el Barça. Hace tres años, Ansu Fati heredó el dorsal número 10 del crack argentino y renovó su contrato hasta junio de 2027. Era la nueva estrella de un equipo que se había quedado sin su futbolista más determinante, pero las lesiones frenaron sus sueños. La rodilla y los problemas musculares, de los que no quiso operarse, cambiaron la historia del jugador de Guinea Bissau en Barcelona.
Ansu Fati pasó de ser un jugador explosivo, con mucha chispa y gol, a ser un futbolista sin desborde, previsible. Xavi le esperó, pero la relación entre ambos se deterioró el día que el delantero optó por un tratamiento conservador para solucionar sus problemas musculares. No quiso operarse.
Ansu Fati y el Brighton
El Barça, hace un año, ya optó por ceder a Ansu Fati al Brighton. Tal vez no era la mejor solución para el club y, mucho menos, para el futbolista por las exigencias físicas de la Premier.
Roberto de Zerbi, un entrenador que aboga por un fútbol muy ofensivo, estaba encantado con Ansu Fati, quien poco a poco fue entrando en el equipo del sur de Inglaterra. Sin embargo, otra lesión muscular tuvo un efecto devastador para el técnico y el futbolista. Tras recibir el alta médica, De Zerbi recriminó a Ansu Fati que no se entregara a tope. Que dosificara los esfuerzos.
Inoportuna lesión con Flick
El 1 de julio, Ansu Fati regresó a Barcelona. Su intención pasaba por consolidarse en el equipo azulgrana. No contemplaba otra cesión o un traspaso, convencido de que seduciría a Flick.
El nuevo entrenador del Barça examinó a Ansu Fati. Estaba satisfecho con su rendimiento. Con su entrega en los entrenamientos. Otra inoportuna lesión, esta vez en la planta del pie derecho, fue otro duro golpe para un futbolista que prometía mucho y al que Laporta le busca de nuevo una cesión. El problema es que sigue de baja y no será fácil colocarlo.