Joan Laporta miró a los ojos de Xavi Hernández y tomó la decisión más importante de los últimos meses: validar la continuidad del técnico del Barça hasta el 30 de junio de 2025. El acuerdo llegó en el domicilio particular del presidente, con una o más bandejas de sushi, y con los periodistas esperando noticias en la calle. Hoy, dos semanas después, la entente podría saltar por los aires si el equipo no reacciona en la Liga.
Eliminado de la Champions por el PSG y derrotado por el Real Madrid en la Liga, Laporta citó a Xavi y Deco para abordar el futuro del entrenador. Por la mañana, los directivos habían presionado al presidente para que despidiera al técnico. Por la noche, Laporta ratificó su confianza en Xavi, tal vez porque no ha encontrado una alternativa mejor. Tal vez porque así se lo recomendó Alejandro Echevarría, excuñado suyo y persona muy próxima al abogado barcelonés.
Derrota en Girona
En rueda de prensa, Laporta y Xavi expresaron su satisfacción por el acuerdo, convencidos ambos de que la próxima temporada sería muy exitosa para el Barça. Ahora, sin embargo, hay más dudas, tras la dolorosa derrota en el campo del Girona (4-2).
El Girona destrozó al Barça en la media hora final de un partido que parecía tener controlado el equipo azulgrana. Y, peor aún, el equipo de Míchel amenaza ahora la clasificación del Barça para la próxima Supercopa de España. El Girona es segundo, con un punto más que los barcelonistas, y solo quedan cuatro jornadas por disputar.
Xavi, sin autocrítica
Laporta no pudo disimular su malestar en Montilivi. Terminado el partido, el presidente del Barça estaba enojado por el hundimiento de su equipo en los últimos minutos. Por una nueva derrota que deja al conjunto azulgrana muy tocado, goleado por el Real Madrid, el Girona y el PSG durante la temporada.
El futuro del Barça es incierto. Y Laporta sabe que necesita soluciones y nuevos estímulos. Con Xavi, algunos vicios siguen enquistados, aunque el técnico insista en culpar a los futbolistas de las derrotas. Sin autocrítica alguna, el Barça encalla y el debate sobre el futuro del entrenador puede reabrirse si los resultados siguen siendo decepcionantes.