Joan Laporta vive el fútbol intensamente. Con mucha pasión. En los buenos y en los malos momentos. El día antes de que el Barça se juegue el pase a las semifinales de la Champions, contra el PSG, el presidente ha arengado a los futbolistas en la Ciutat Esportiva Joan Gamper y, después, ha saltado al campo de entrenamiento para saludar a Xavi Hernández y a sus ayudantes.
El estado de ánimo de Laporta, este lunes, es muy distinto al del día después de que Xavi anunciara que dejaría de ser el entrenador del primer equipo al acabar esta temporada. Ese día, el máximo dirigente también acudió a la Ciutat Esportiva para dar un mensaje de tranquilidad y confianza.
La gran oportunidad
Dos meses y medio después, el Barça está mejor. Mucho mejor. Sentenciado en la Supercopa de España y en la Copa del Rey, el equipo también asume que la Liga está casi imposible. A ocho puntos del Real Madrid, nadie cree en el milagro. La Champions, sin embargo, es otra historia.
El Barça tiene la gran oportunidad de clasificarse para las semifinales de la Champions por primera vez desde 2019. Desde entonces, todo han sido decepciones en la máxima competición continental. Y en la Europa League.
El duelo con el PSG
Laporta sabe que el Barça se juega mucho contra el PSG: prestigio y dinero. El presidente sueña con el pase a semifinales, donde el equipo azulgrana debería medirse al ganador de la eliminatoria entre el Atlético de Madrid y el Borussia Dortmund. Y, sobre todo, se ilusiona con estar en la final de Wembley.
El Barça disputó su última final de la Champions en 2015. Ganó a la Juventus por 3-1. El equipo azulgrana se ha proclamado cinco veces campeón de la máxima competición europea, pero también ha perdido tres finales. Las dos de Wembley las ha ganado y Laporta recuerda que no hay dos sin tres.