Xavi Hernández ha completado una de sus mejores semanas como entrenador del FC Barcelona. Ganó a Nápoles en Montjuïc para avanzar a los cuartos de final de la Liga de Campeones (3-1) y apabulló al Atlético de Madrid de Simeone en el Metropolitano (0-3). En tan solo siete días. Y, esta vez, acertó de pleno en el planteamiento de partido.
A los jugadores no les ha quedado más remedio que aceptarlo. Cracks como Robert Lewandowski han afirmado que el ritmo de los entrenamientos es superior al del inicio de temporada, y, ahora que Xavi ha tomado la decisión de marchar, el técnico egarense se ha liberado de la presión y ejecuta sin miedo a represalias.
Raphinha y Koundé claudican
Ni Raphinha ni Jules Koundé querían jugar donde lo están haciendo actualmente. A principios de año, el central francés le pidió al entrenador de Terrassa no jugar en la banda, donde cree que no puede demostrar todas sus virtudes. Y Xavi hacía maniobras para darle tiempo de juego en el eje de la zaga. Pero, con la lesión de Balde, Cancelo pasó a la izquierda y Koundé no tuvo más remedio que adaptarse a las necesidades del equipo.
Ahora que lleva un tiempo asentado en el carril derecho, el futbolista francés ha vuelto a recuperar su mejor versión, dándole la razón a Xavi. De hecho, muchos equipos en Champions juegan con cuatro centrales, para así ganar duelos en defensa. Un ejemplo es el Manchester City. En banda, Koundé está siendo decisivo para el Barça. Ha jugado los últimos 18 partidos sin descanso alguno.
La eclosión de Lamine Yamal
Raphinha se ha visto opacado por el fenómeno que es Lamine Yamal. Muchos equipos están recuperando esta tendencia, y hay un ejemplo claro en la Liga como es el Girona con Savinho. Los extremos están volviendo a jugar a pierna natural. El atacante brasileño tiene la certeza de que quiere jugar en la derecha, pero esa demarcación está agenciada: Lamine Yamal no se va a mover de ahí.
Raphinha puede ser titular si se adapta a jugar en la izquierda, donde Joao Félix no convence a Xavi. Contra el Nápoles en Montjuïc lo hizo de perlas. Rindió en esa posición y lucieron sus virtudes, el trabajo y los desmarques al espacio. Ante los incesantes rumores de venta, a una transacción está obligado el Barça, el nombre del extremo carioca gana fuerza. Quizás por banda izquierda puede demostrar que vale para el club de la capital catalana, que pagó por él, 57 millones de euros fijos más ocho en variables.
Los futbolistas están a disposición del entrenador. Si los ajustes de Xavi han funcionado, el Barça ya tiene la línea a seguir. Los siguientes partidos son decisivos: PSG por partida doble, Cádiz, Madrid en el Bernabéu y Girona en Montilivi.