El FC Barcelona necesita una victoria aplastante como el comer. El mal trago por el empate contra el Nápoles en Champions League dejaba dudas con respecto a la contundencia ofensiva de los dirigidos por Xavi Hernández. En este sentido, la respuesta de los jugadores fue realmente positiva, después de traducir su dominio ante el Getafe en una goleada (4-0) que marca el camino de lo que debe seguir el Barça si quiere competir en lo que queda de temporada.
Ese chute de confianza que recibe el Barça con el triunfo contundente en Montjuïc tiene un valor importante, en especial por lo que se avecina en el futuro con la vuelta de la Champions League contra el Nápoles. También representa una presión extra para sus rivales en la Liga, especialmente al Girona, que si no consigue ganar su jornada perderá el segundo puesto de la clasificación.
Raphinha una de cal y otra de arena
El Getafe planteó un bloque medio para tratar de entorpecer la salida del Barça, siendo una asignatura en la que los culés suelen fallar en algunos encuentros. Por esa razón, Xavi decidió que el equipo se saltara en varias ocasiones la mitad de cancha para aprovechar el espacio que había a las espaldas de la defensa rival. Raphinha, Gundogan y Joao Félix pudieron hacer mucho daño en esas situaciones gracias al que tienen para desmarcarse.
El brasileño, que volvió a la titularidad después de varios encuentros, pudo agitar las redes después del brillante pase de Koundé que le permitió ubicarse mano a mano con el guardameta azulón. Ese tanto marcaba el camino del Barça para sentenciar el partido antes del descanso; sin embargo, Raphinha desperdició dos ocasiones posteriores a su anotación que habrían representado una ventaja mucho más aplastante.
Fue básicamente el mismo guion de la primera mitad contra el Nápoles, donde el FC Barcelona tuvo la posibilidad de inclinar la balanza con las numerosas de gol que generaron, pero que no fueron capaces de aprovechar. Xavi ya advirtió de esa situación tras el compromiso de Champions League, el problema es que los futbolistas culés siguen repitiendo ese patrón tan peligroso.
Del susto a la goleada
Tras el descanso, el equipo de Bordalás tuvo una ocasión para empatar tras el disparo de Luis Milla que se estrelló en el poste. Ese susto volvió a activar al Barça para mantener el plan de partido de atacar los espacios con balones a la espalda de la defensa. Esa misma fórmula fue la que permitió que Joao Félix pudiera marcar el segundo gol para la causa culé tras rematar un centro preciso de Christensen, que se vistió en esa jugada como un extremo derecho.
El tanto supuso un balde de agua fría para el Getafe, que se rindió defensivamente en varias acciones del cuadro de Xavi. El siguiente en poner su nombre en el marcador fue Frenkie de Jong, uno de los jugadores que más tensión ha levantado en los recientes días por los rumores relacionados a su futuro. La cereza final sobre el pastel fue la anotación de Fermín López, que remató a puerta vacía tras el rechace del portero en el primer disparo de Vitor Roque.
Bordalás intentó agitar el árbol con varios cambios ofensivos, pero Ronald Araujo y Pau Cubarsí dieron una masterclass ante Borja Mayoral, uno de los máximos goleadores de la Liga. Esa serenidad del Barça permitió afrontar el tramo final del encuentro con mucha calma, lo que dio a pie a que los futbolistas pudieran recibir el cariño del barcelonismo. Una actuación necesaria después de las dudas mostradas el pasado miércoles en la Champions League.