Tarjeta amarilla a Xavi Hernández

El entrenador del FC Barcelona sigue señalado. Por más que lo intenta y por más que insista en rueda de prensa en que el equipo está mejorando su juego, la realidad es que el Barça de Xavi está totalmente estancado. Los problemas que se detectaban a principios de temporada se repiten una y otra vez, no se vislumbran soluciones en el horizonte y el discurso del técnico es demasiado repetitivo: errores propios, concesiones defensivas, falta de concentración, falta de puntería... Cada semana lo mismo y cada jornada se repite el mismo tipo de fallos. "Otra vez", insiste Xavi. 

El míster lanza un discurso conformista, alejado del crítico posado que mostró a principio de curso, donde a menudo confesaba que "no hemos jugado bien" a pesar de ganar. En los dos partidos de 2024 se mantiene la misma tónica que el año pasado. Mal contra Las Palmas, sufriendo demasiado y ganando de penalti sobre la bocina (1-2). De más a menos contra el humilde Barbastro (2-3). Tras un buen primer tiempo, el equipo se deja marcar dos goles y termina pidiendo la hora. 

Xavi se lleva la segunda tarjeta amarilla de la temporada desde Culemanía por esa falta de autocrítica, por no reconocer que el equipo está jugando mal, por hacer la vista gorda y evitar la verdad: el nivel del Barça está muy lejos de lo que debería ser. Pero el principal motivo de la amonestación viene por la nueva estadística que deja en evidencia a este equipo: ya van 20 partidos consecutivos en que el Barça no es capaz de ganar por más de un gol de diferencia. Es el peor registro en este sentido en toda la historia del Barça. Tan solo se han ganado tres partidos este curso por dos goles o más de diferencia: Cádiz (0-2), Betis (5-0) y Amberes (5-0). Es preocupante.