Xavi Hernández vive horas bajas como entrenador del Barça. La derrota contra el Girona en Montjuïc (2-4) ha puesto contra las cuerdas al técnico de Terrassa, quien siempre ha asumido que el fútbol actual es muy resultadista y que su continuidad en el club pasa por ganar títulos. A siete puntos del equipo de Míchel y a cinco del Real Madrid, Xavi necesita un tratamiento de choque para curar los males del Barça, que vive un momento parecido al de 2007.
Hace 16 años, el Barça de Frank Rijkaard perdió en diciembre contra el Real Madrid (0-1) y se puso a siete puntos del eterno rival. El gol de Baptista fue el principio del fin del técnico neerlandés. Medio año después fue sustituido por Pep Guardiola.
El despido de Rijkaard
El despido de Rijkaard se hizo oficial a finales de la temporada 2007-08, pero estaba decidido desde mucho antes. Laporta dudó para relevarle entre Guardiola y José Mourinho, y finalmente se decantó por la primera opción.
El Barça, un año antes, había perdido una Liga que tenía casi ganada. Laporta aplazó la sentencia de Rijkaard y estuvo contra las cuerdas en una moción de censura que salvó con muchas dificultades.
La salida de Koeman
Laporta se arrepintió de no finiquitar un año antes el ciclo de Rijkaard. Una situación parecida se encontró en verano de 2021, con Ronald Koeman de entrenador. Públicamente, el presidente del Barça deslizó que le había comunicado al técnico neerlandés que le buscaba un sustituto. Como no lo encontró, Koeman continuó al frente del equipo.
Laporta puso contra los caballos a Koeman, quien sería despedido el 31 de octubre tras una derrota en el campo del Rayo. Entonces rescató a Xavi Hernández, con quien tuvo una gran amistad entre 2003 y 2010. Sin embargo, tardó en perdonarle que se comprometiera con la candidatura de Víctor Font en las elecciones de 2021.
Un club en crisis
Dos años y un mes después de apostar por Xavi para reactivar a un Barça decadente, Laporta debe gestionar otra crisis que tiene muy mala pinta. La situación económica del club, con una deuda reconocida de 1.200 millones de euros y con el límite salarial excedido, es un problema añadido a los males deportivos.
El pasado verano, el Barça solo invirtió 3,4 millones de euros para reforzar su plantilla. Fue la cifra que pagó al Girona por Oriol Romeu. Curiosamente, fue el club de la Champions que menos gastó en renovar su equipo.
Técnicos que gustan
El despido de Xavi, con contrato garantizado hasta el 30 de junio de 2025, también tendría un coste para el Barça. Su sustituto, probablemente, no tendría un gran salario, circunstancia que frenaría la posible contratación de un técnico muy deseado como Mikel Arteta, máximo responsable deportivo del Arsenal. Míchel, del Rayo, e Imanol, de la Real Sociedad, tienen una ficha más asequible, pero el gran favorito para el máximo dirigente y su director de fútbol, Deco, es Rafa Márquez, actual entrenador del Barça B.
Laporta, de momento, quiere ganar tiempo. Antes del parón navideño, el Barça jugará contra el Valencia y el Almería en la Liga. En principio, no está por la labor de tomar medidas drásticas, pero teme que el malestar de la afición vaya a más. El domingo, los hinchas ya pitaron al equipo y Xavi se ha convertido en el mejor paraguas para el presidente del Barça.