El derbi catalán de este año en la Liga fue mucho más diferente y especial. La presencia del Girona FC en la zona alta de la clasificación invitaba a pensar a que el encuentro podía tener un desenlace final. Y la verdad es que incluso terminó sorprendiendo mucho más de lo esperado. No solo por la victoria del equipo de Michel (2-4), sino también porque Montjuïc se convirtió en Montilivi de forma contundente.
Ese cambio radical se hizo sentir especialmente a partir del juego desplegado por el Girona, que supo dominar al FC Barcelona con balón en varios tramos del encuentro. Su forma de aplastar a los dirigidos por Xavi Hernández daba la sensación de que se encontraban en su propio campo y no en el del Barça, a pesar de que la hinchada culé hizo su mayor esfuerzo para tratar de inclinar la balanza con cánticos y gritos.
Es importante destacar que 42.848 espectadores se dieron cita en Montjuïc. Como es normal, la gigantesca mayoría fueron del FC Barcelona, pero igualmente se lograron observar a muchos aficionados del Girona fuera de la zona de visitante. Con el pasar de los minutos y el creciente dominio del elenco de Michel, el ruido de la afición contraria fue creciendo de manera colosal. En los minutos finales se alcanzaron a escuchar "olé, olé", siendo una situación que terminó por consolidar que el Barça se encontraba en Montilivi y no en su feudo.
La victoria más grande del Girona
Si hay algo que necesitaba el proyecto de la entidad qe forma parte del City Football Grouo era un triunfo de esta categoría contra el FC Barcelona. Históricamente, en la provincia de Girona había más socios del Barça que del equipo rojiblanco, pero poco ha empezado a cambiar esa dinámica. El asentamiento en Primera División ha sido su gran objetivo, aunque ahora se encuentran en un momento en el que nadie les quita el sueño de ganar la Liga.