Empate y gracias. El Barça no reacciona. Es un equipo sin fútbol ni alma, mucho peor que el de la pasada temporada. El parón liguero no trajo soluciones, al contrario. Los problemas se han agravado con la lesión de Gavi y Frenkie de Jong no basta para reanimar a un Barça que tira la Liga, partido tras partido. En Vallecas tampoco supo ganar a un Rayo con más deseo.

Xavi quería un Barça tan intenso como reconocible con el balón. La grave lesión de Gavi ha sido un duro golpe para el técnico y el equipo, aliviados con el regreso de Frenkie de Jong. El centrocampista neerlandés, que estreno paternidad esta semana, fue la gran sorpresa en el once titular. También se la jugó Xavi con Christensen e Iñigo Martínez como centrales, y no le quedó más remedio que alinear a Iñaki Peña por Ter Stegen, con problemas lumbares.

Últimos precedentes

El Barça sabía que le esperaba un Rayo intenso y aguerrido, un equipo que le ha hecho la vida imposible a los barcelonistas en los últimos años. Hace dos años, una derrota en Vallecas finiquitó la era de Ronald Koeman como técnico azulgrana. La pasada temporada, el Rayo empató en el Camp Nou (0-0) y ganó en su campo (2-1).

Iñaki Peña detiene el balón ante De Frutos EFE

Xavi prescindió de Gundogan y optó por jugar con tres delanteros, con Lewandowski por el centro y Lamine Yamal y Ferran en las bandas. Balde y Cancelo debían multiplicarse para cerrar bien sus bandas y proyectarse en ataque ante un Rayo que comenzó a toda mecha y, poco a poco, optó por un perfil más pragmático.

Sin ideas ni profundidad

Estuvo incómodo el Barça en el primer cuarto de hora. No le convenía un intercambio de golpes y prefirió adueñarse del balón, aunque no tuviera muchas ideas ni profundidad. Tampoco tenía ritmo el equipo azulgrana, que se encomendó a De Jong para encontrar espacios en la defensa rayista. El guion, con nuevos actores, era el habitual del curso actual de un Barça poco autoritario.

El futbolista Unai López tras marcar su gol al Barça EFE

El Rayo leyó perfectamente la endeblez azulgrana y, a siete minutos del descanso, se adelantó en el marcador gracias a un espectacular gol de Unai López, validado por el VAR, tras un posible fuera de juego de un jugador local.

Lmine Yamal y poco más

El Barça, una vez más, estuvo muy apagado. En la primera parte no hubo noticias de Pedri, Lewandowski ni Ferran. Solo Lamine Yamal era un problema para la defensa rayista, muy poco para un equipo con su historia y potencial, prueba evidente de que algo va mal y de que la culpa no solo es de los medios de comunicación.

Xavi Hernández grita en Vallecas EFE

Regresó el Barça al partido con muchas urgencias, obligado a incomodar a un Rayo que bajó su línea de presión y arropó a Dimitrievski. Más intenso, el grupo azulgrana dispuso de dos claras ocasiones de gol, de Cancelo y Ferran Torres, antes de que Xavi diera entrada a Gundogan por Joao Félix por Oriol Romeu y Ferran.

Pocos argumentos

Las buenas sensaciones del Barça fueron efímeras. Es un equipo con muchos altibajos, sin continuidad, con pocos argumentos futbolísticos y sufridor ante rivales con poco empaque. Luego, a la desesperada entraron Fermín y Raphinha, que estrelló un remate en el poste, minutos antes del empate, tras un autogol de Lejeune tras una meritoria acción de Iñigo, Balde y Lewandowski, a 10 minutos del final. Entonces, el Barça soñó con otra remontada épica, pero se quedó a medio camino. Como muchas veces.

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