El Barça está atascado. Va de mal en peor. Tras un inicio de curso dubitativo, con mejores resultados que juego, el equipo ya ha cedido nueve puntos en la Liga y se ha complicado la vida en la Champions. Su propuesta futbolística no seduce y sus actuales penas contrastan con la felicidad del Girona, que maneja un presupuesto próximo a los 60 millones y se ha convertido en la gran sensación de Primera División.
Disputadas 12 jornadas de Liga, el Girona tiene 31 puntos y el Barça, 27. Ver para creer. Las estadísticas son especialmente sangrantes en los goles a favor de ambos equipos. Los rojiblancos suman 29 por solo 24 los barcelonistas, que tienen a Lamine Yamal, Ferran Torres, Lewandowski, Raphinha y Joao Félix en nómina.
El Girona manda en la Liga tras tener que recomponer su equipo. En verano se fueron Santi Bueno, Oriol Romeu, Riquelme y Castellanos. Es decir, la columna vertebral de la pasada temporada.
Quique Cárcel y Míchel
Con Quique Cárcel --formado como futbolista en la Masia-- como director deportivo y Míchel como entrenador, el Girona ha sabido reciclarse y su mejor incorporación fue la de Savio, cedido por el ESTAC Troyes, que también forma parte del City Football Group.
El Barça, en cambio, es un equipo poco fiable. Descompensado. Le sobran extremos por la derecha (Yamal, Raphinha y Ferran Torres) y le faltan mediocentros (Oriol Romeu) y extremos por la izquierda (Joao Félix).
Oriol Romeu
Oriol Romeu, hace un año, era la estrella del Girona. Michel estaba encantado con él, con sus prestaciones en el campo. En el Barça, en cambio, es ampliamente cuestionado. Empezó bien, pero empeora día tras día.
El Girona no quiere marcarse objetivos muy ambiciosos. Sus aficionados sueñan con ser el Leicester de la liga, pero no lo dicen y se celebrarían por todo lo alto su clasificación para la próxima Champions. En el Barça, en cambio, las urgencias se multiplican y el próximo 10 de diciembre, ambos equipos se retarán en el Camp Nou.