Joan Laporta tuvo a Johan Cruyff como asesor externo y a Txiki Begiristain como director deportivo en su primera etapa como presidente del Barça. Entre 2003 y 2010, Frank Rijkaard y Pep Guardiola fueron los dos entrenadores del primer equipo. En la segunda etapa de Laporta como máximo dirigente, el club ya ha tenido tres técnicos, Koeman, Sergi Barjuan y Xavi, y dos directores de fútbol: Mateu Alemany y Deco.
Alemany, expresidente del Mallorca y exdirector deportivo del Valencia, fue la apuesta de Laporta para dirigir la parcela deportiva. Ejecutivo con experiencia contrastada, lideró la renovación de un Barça con la soga al cuello por su precaria situación económica. Alemany solucionó muchos problemas a Laporta y en verano, tras un amago de dimisión, cohabitó con Deco.
La convivencia entre Alemany y Deco, avalada por Laporta, no funcionó. El reparto de papeles que quería el presidente saltó por los aires por la negativa del ejecutivo brasileño, que exigió plenos poderes. Deco, avalado previamente por Jorge Mendes, jugó fuerte y ganó.
Las gestiones de Deco
Deco acorraló a Alemany, quien un año antes había cerrado los fichajes de Christensen, Kessié, Lewandowski, Raphinha, Koundé, Héctor Bellerín y Marcos Alonso. También había sellado las contrataciones de Iñigo Martínez y Gundogan, que llegaron con la carta de libertad. Y fichó a Oriol Romeu, por quien el Barça pagó 3,4 millones de euros al Girona.
El nuevo director de fútbol afrontó una operación compleja como fue el fichaje de Vitor Roque. Las negociaciones las inició Alemany, pero las terminó él. Deco pactó un acuerdo que incluía el pago de 30 millones de euros fijos y otros 31 en variables con el Athletico Paranaense.
Las tres cesiones
Laporta también delegó en Deco otras dos operaciones estratégicas: las cesiones de Joao Cancelo y Joao Félix. En ambos casos contó con la colaboración de Jorge Mendes, representante de los dos futbolistas. Igual que en la cesión de Ansu Fati al Brighton, cerrada con la complicidad del superagente portugués.
Cancelo y Félix no eran los objetivos prioritarios de Xavi para reforzar la defensa y el ataque. Deco logró que el Manchester City y el Atlético aceptaran un préstamo de un año, sin opción de compra obligatorio, para que ambos pudieran ser inscritos en la Liga.
Buena sintonía con Xavi
Deco, en contra del criterio de Xavi, también dio luz verde a las salidas de Abde (traspasado al Betis) y Éric García (cedido al Girona). Los dos futbolistas presionaron al Barça para irse del club porque querían tener más minutos en el equipo.
Deco y Xavi son los máximos responsables de la estructura deportiva del Barça. Ambos, según fuentes próximas al técnico, tienen muy buena sintonía y el director de fútbol conoce las prioridades del técnico para reforzar al equipo: un delantero centro, un mediocentro y un extremo izquierda.
Más futbolero que Alemany
Laporta confía plenamente en Deco, un ejecutivo mucho más futbolero que Alemany. Quiere que sea el nuevo Begiristain, quien siempre contó con la protección de Johan Cruyff. El ejecutivo brasileño, mientras, es un hombre de Mendes y de Alejandro Echevarría, el cuñadísimo, que mueve los hilos del Barça desde la sombra.
El presidente del Barça está encantado con Deco, con su gestión. Y no tanto con Xavi. Las últimas derrotas ante el Real Madrid y el Shakhtar han evidenciado que el equipo no está bien. El juego del Barça suscita muchas dudas y Laporta espera una reacción inmediata. El entorno más cercano al dirigente cuestiona algunas decisiones del técnico de Terrassa y le pide que aprieta las tuercas a los futbolistas.
El 'poli malo' de Laporta
Deco, en cambio, es intocable. No tiene una mirada cruyffista, como tampoco la tenía Alemany, pero controla bien el mercado portugués y, presuntamente, el brasileño. Es muy directo y está dispuesto a hacer de poli malo de Laporta, quien no descarta ningún escenario a medio plazo si el equipo no reacciona.
Xavi, de momento, tiene contrato con el Barça hasta el 30 de junio de 2025. No quiso comprometerse hasta 2026, fecha en la que acaba el actual mandato de Laporta. Sí lo hizo Deco, que firmó su primer contrato como director de fútbol por tres años, convencido de que será el mejor socio del presidente en temas deportivos.