El Mundial 2030 es un tema de conversación bastante importante en el panorama nacional. Después de darse a conocer que España compartirá la sede de la competición con Portugal y Marruecos, son muchos los que se pregunta cuál será el estadio elegido para la final de la cita mundialista. En este sentido, Xavi Hernández tiene bastante claro que el Camp Nou es el recinto ideal para acoger uno de los partidos más importantes del deporte internacional.
Durante la rueda de prensa previa al Granada-Barça, el entrenador egarense fue preguntado por su opinión de la sede de la final del Mundial 2030, a lo que respondió lo siguiente: "Sorprende. No es un formato normal que se haga en varios países (seis en total), pero si lo han decidido así es que han pensado que es lo mejor. Y Barcelona, claro que sí, el Camp Nou es el estadio con más capacidad en el territorio español, por lo tanto, sí".
Esto supone una respuesta directa para Carlo Ancelotti, que un día antes también fue preguntado acerca de si el Bernabéu debería ser el recinto de la final mundialista. "La final del Mundial tiene que jugarse en Madrid, porque es la capital de España. Y tiene que jugarse en el Bernabéu, porque va a ser el mejor estadio del mundo. Simplemente por esto", señaló el entrenador italiano.
La difícil disputa en el Mundial
Al tratarse de una Copa del Mundo con tantos anfitriones, resulta muy complicado la distribución de cada uno de los compromisos, teniendo en cuenta que cada región lucha por tener los mejores encuentros. "Barcelona no renunciará a nada, pero las tres capitales (Madrid, Lisboa y Rabat) querrán organizar la final", admite David Escudé, concejal de Deportes del Ayuntamiento de Barcelona.
Imagen virtual del futuro Camp Nou
Barcelona podría quedarse sin final y sin semifinales. Los tres partidos más decisivos del Mundial podrían disputarse en Madrid, Lisboa y Rabat. Y el Camp Nou sería el gran damnificado de un Mundial muy complejo. Aunque el estadio azulgrana podría ganar puntos al ser el de mayor capacidad y uno de los que aspira a convertirse en un referente en términos de modernidad.