Día de errores en Mallorca (2-2). Clamaba Xavi al cielo después del partido. Lo repitió en innombrables ocasiones. De hecho, el técnico quería enfocar el análisis técnico de la prensa ante las preguntas de los medios: "La lectura es que hemos generado ocasiones y que hemos podido hacer más. Hemos concedido demasiado, ese es el problema de hoy. Tenemos que estar más concentrados y organizados. No creo que sea un problema de atacar líneas de cinco con 5 goles en 2 partidos (ante Celta y Mallorca)".
Razón no le faltaba al técnico. Se habían cometido errores de bulto en defensa. Y se habían generado ocasiones suficientes como para poder ganar el partido. Así lo recordaba también el míster: "Recuerdo ocasiones muy claras de Joao Félix, de Raphinha... también de Ferran antes del descanso... creo que hemos perdonado".
Sin embargo, esta clarividencia y facilidad para destacar los errores de los jugadores no la tuvo Xavi para hacer autocrítica sobre su propia gestión del partido. Y no se puede decir que fuese mala, ni la principal culpable del empate, pero pudo ser mejor.
Los tres errores claros de Xavi
En primer lugar, Xavi arriesgó excesivamente con la presencia de Araujo e Iñigo Martínez como defensas titulares. Cuando llevas casi toda la temporada jugando con Christensen y Koundé, la lógica hacía pensar que uno de los dos repetiría en el once y solo habría un cambio en el eje de la zaga. No los dos. Precisamente, tanto Iñigo como Araujo intervinieron de forma indirecta en los dos goles recibidos. Primer error.
Otro aspecto que Xavi rehuyó, a pesar de la insistencia de los medios, fue la cuarta suplencia consecutiva de Lamine Yamal. El técnico se defiende con que "es muy joven, hay que cuidarlo". Es cierto, pero cuatro suplencias consecutivas al jugador que demuestra cada partido ser el más desequilibrante no parece la mejor manera de protegerlo. Que no sea titular indiscutible tampoco significa que viva sometido al rol de revulsivo. Además, contra el Celta jugó 45 minutos y ante el Mallorca solo 25. Segundo error.
Lamine clama más minutos
Un tercer punto de discordia que pasó inadvertido fue la sustitución de Joao Félix, precisamente para que entrase Lamine Yamal. Xavi quiso apostar por el nuevo rol de Raphinha como interior/mediapunta. No se puede criticar la decisión porque por ahí, con la entrada de Fermín López, llegó el gol del empate a dos. Sin embargo, quitar a Joao Félix en estos momentos es peligroso para el Barça porque demuestra en cada partido una facilidad inusual para generar ocasiones de gol. Ya sean para sí mismo, como para el propio Lewandowski, con quien apenas coincidió cuatro minutos en el terreno de juego. Cuatro minutos para la mejor conexión es demasiado poco. Además, Joao se generó dos de las ocasiones más claras y nadie duda que tiene más talento que Raphinha. Tercer error.
Si bien es cierto que Joao Félix acaba de llegar y se hace difícil otorgarle tan rápido el rol de estrella del equipo, no se puede obviar el talento descomunal que está mostrando, únicamente eclipsado por los destellos de Lamine Yamal. El Barça marcó el empate con Fermín y Raphinha... ¿pero qué habría pasado si Joao Félix se hubiese quedado en el terreno de juego? No lo sabemos, pero su explosivo aviso con un brutal lanzamiento que impactó en el poste era el mejor aval para creer más en él.
Polémica sustitución de Joao Félix
En Son Moix fallaron varios jugadores, empezando por un Ter Stegen que suele ser un seguro. Quizá esa falta de compenetración con Iñigo también ayudó a la confusión del meta alemán, que pasó el balón al hueco entre Oriol Romeu y el propio Iñigo.
El ex de Chelsea y Girona, habitualmente impecable, también falló en un balón aéreo ante Muriqi, muy poderoso, que generó el segundo gol en contra. Araujo, todavía renqueante tras varias semanas lesionado, tampoco exhibió su mejor nivel.
El 'Tiburón' muerde menos
Otros jugadores que no tuvieron el día fueron los laterales: ni Cancelo ni Balde pudieron brillar ante un Mallorca rocoso. Mientras que en el centro del campo, el mejor fue Gavi, por su lucha incansable. Gundogan tampoco pudo mostrar su mejor versión, como tampoco lo hizo el Tiburón Ferran Torres, que cada día muerde menos.
Aunque si las tres ocasiones claras que perdonaron Ferran, Raphinha y Joao Félix hubiesen entrado... otro gallo habría cantado. Al menos, todos tuvieron alguna. Lo ás importante es generarlas. Lo segundo, meterlas.