El Barça encalló en Palma. El grupo de Xavi Hernández, demasiado intermitente, repitió los mismos errores del pasado sábado contra el Celta, pero no tuvo la misma magia para culminar otra remontada espectacular. En esta ocasión se quedó a medio camino (2-2) y apenas pudo empatar contra el Mallorca. El Girona y el Real Madrid pueden superar ahora al actual campeón de Liga, un equipo bipolar, solvente en ataque pero demasiado frágil en defensa.
Xavi revolucionó la alineación del Barça con las incorporaciones de Araujo, Iñigo Martínez, Raphinha y Ferran Torres el día que dio descanso a Koundé y Lewandowski. También fue titular Gavi, sustituto del lesionado Frenkie de Jong, ante un Mallorca que repitió la fórmula del Getafe y del Celta para desactivar al grupo azulgrana.
El gol de Muriqi
Javier Aguirre alineó a cinco defensas y priorizó la reducción de espacios a la creación. El Mallorca, preparado para sufrir, se encontró con un regalo de un futbolista tan fiable como Ter Stegen para marcar a los siete minutos. Muriqi premió la intensidad mallorquinista y castigó la relajación barcelonista.
Xavi cambió muchas piezas pero el Barça repitió la misma puesta en escena del pasado sábado. Sin tensión ni ideas, el equipo azulgrana caía en la trampa de un Mallorca con muchas más ganas que apenas pasaba agobios.
Dos goles en el tramo final
El Mallorca tenía el partido donde quería. Muriqi era un incordio para la defensa barcelonista, pero mucho peor eran las prestaciones ofensivas. En la primera parte, el Barça tardó 38 minutos en generar la primera ocasión de gol, pero Rajkovic frustró un remate de Ferran Torres.
El primer arreón del Barça asustó al Mallorca y Raphina empató en la siguiente jugada, a cinco minutos para el descanso. Con poco, muy poco, el grupo azulgrana neutralizó el gol balear. Incluso pudo retirarse al descanso con ventaja si el mismo Raphinha y Joao Félix hubieran estado más inspirados, pero cuando más hundido parecía estar el Mallorca llegó el gol de Abdón Prats.
Despistes defensivos
El Mallorca penalizó los despistes defensivos del Barça, que no tuvo un buen inicio en el segundo acto. Joao Félix, no obstante, envió un zapatazo al poste, justo antes de que Lewandowski sustituyera a Ferran Torres.
Xavi, sin embargo, no logró que el partido se agitara hasta la irrupción de Lamine Yamal y Fermín, dos jóvenes con mucho talento y, sobre todo, desparpajo. El delantero casi provoca un penalti y el centrocampista firmó el empate a un cuarto de hora del final, pero no hubo más noticias en Palma.