El FC Barcelona no pudo celebrar de la mejor manera el título de la Liga. Los azulgranas ofrecieron con euforia el trofeo nacional a su afición, aunque no pudieron dar una alegría extra al caer (1-2) contra la Real Sociedad. La imagen del equipo de Xavi fue bastante gris, debido a las constantes precipitaciones y el bajo acierto de cara al arco, siendo Lewandowski el único que respondió en la parcela ofensiva. En cambio, el elenco vasco se mostró más concentrado y preciso en sus respectivas jugadas en ataque.
A pesar de consagrarse como campeones, Xavi había dejado claro que quiere terminar el curso con las mejores sensaciones posibles. El partido ha sido lo opuesto a lo esperado por el director técnico, teniendo en cuenta los errores individuales de varios futbolistas. También supone un trago amargo, debido a que busca que Ter Stegen consiga el récord de imbatibilidad.
Merino enfría la celebración
La fiesta que se vivió en el Camp Nou sufrió un balde de agua fría con el gol tempranero del elenco vasco. La acción tuvo como responsable a Koundé, que perdió el balón ante la disputa con Sorloth. El atacante noruego recuperó el esférico y pudo ceder el balón a un Merino que entró con mucha facilidad al área. Un golpe que obligó a los azulgranas a reaccionar cuanto antes.
Los de Xavi insistieron a través del desborde de sus atacantes y la profundidad de los desmarques de Frenkie de Jong o Kessié, pero no encontraron el acierto necesario para superar la resistencia del guardameta rival. En ese tramo de ocasiones de gol tampoco se dio un control del juego por parte del Barça, debido a que sufrieron en algunas transiciones de la Real Sociedad. La primera parte se caracterizó por un intercambio de golpes entre los dos equipos, en donde el visitante logró hacer la diferencia antes de irse al descanso.
La Real no perdona
El panorama no mejoró para el FC Barcelona. El entrenador egarense dio entrada a Ansu Fati y Ferran Torres para tratar de cambiar la dinámica del compromiso. El Barça tuvo más opciones de remate en el área, pero se rompió con mayor facilidad. En ese contexto apareció el segundo gol de la Real Sociedad, que en esta oportunidad fue a partir de una transición a campo abierto liderada por Take Kubo y posteriormente definida por Sorloth.
Ese segundo gol pesó mucho sobre los hombros del Barça, debido a que tardaron mucho en responder a su rival. Solo Lewandowski fue capaz de destrozar la resistencia de la Real Sociedad a partir de un potente cabezazo en los minutos finales. El tanto no ayudó a cambiar el resultado, pero fue enormemente celebrado por la afición en el Camp Nou. Se trata de una derrota poco deseada por los barcelonistas, pero que igualmente no impidió seguir festejando el título de Liga.