Cuando Ousmane Dembelé tiene el día, es prácticamente imparable. Este sábado, contra la Real Sociedad, el extremo francés dispuso de su primera titularidad desde que se recuperó de la lesión. La particularidad es que lo hizo por banda izquierda, demostrando Xavi Hernández la confianza plena que ha adquirido en un Raphinha que ha rendido a gran nivel durante los meses en que el galo ha estado de baja. El brasileño volvió a quedarse con la banda derecha --antiguamente ocupada por su compañero--, y en esta ocasión Dembelé emigró a un flanco zurdo desde donde desbordó de forma constante.
Avisó en el minuto 21 el Mosquito. Tras un buen pase de Jordi Alba, Dembelé ganó la acción a Zubeldia y casi sin ángulo disparó para que parase Remiro en dos tiempos. La mayor parte del peligro del FC Barcelona en la primera parte se dio por la banda de Dembouz, que estuvo on fire especialmente en esos primeros 45 minutos.
Desborde constante en el Camp Nou
Gran jugada del francés a falta de diez minutos para el descanso. La pena es que dio el pase algo largo en el último momento a Raphinha, después de irse de hasta tres jugadores. Una jugada que quedó en el limbo, pero que de haber acabado en gol habría salido en los telediarios durante días.
Apenas seis minutos después el mismo Dembelé, que se lo estaba pasando de lujo, lanzó un centro picado buscando a Raphinha. El brasileño, con su cresta decolorada y su mechón azulgrana, intentó cabecear, aunque sin suerte. Minutos atractivos, de puro desborde e intensidad de un jugador, el extremo culé, que llegaba con ganas al partido tras haber jugado a cuentagotas en los últimos duelos.
No hay duda de que Xavi Hernández le sigue concibiendo como uno de los pilares indispensables del equipo, más allá de que Raphinha le haya comido terreno en la banda derecha. El atacante galo pasó algo más desapercibido en la segunda mitad, pero aun así en situaciones puntuales siguió acumulando la atención de la defensa txuri urdin y acumulando defensores rivales.
Xavi, encantado con Dembelé
Tanto le estaba gustando su partido a Xavi, que decidió mantenerle en el campo pese a la entrada de Ferran Torres y Ansu Fati. El entrenador no quería perder el partido, y decidió mover el banquillo para dar entrada a otros futbolistas que tuvieran también su oportunidad de participar. Se marcharon Raphinha y Kessié, y el Barça pasó a presentar una alineación con póker de delanteros: Dembelé, Ferran, Ansu y Lewy.
La presente ha sido una campaña extraña para Dembouz, que ha ido de más a menos por culpa de los problemas físicos. Cuando está bien, sin embargo, continúa demostrando que es uno de los jugadores más desequilibrantes del planeta. No es de extrañar, por tanto, que sea uno de los intocables de Xavi.