El FC Barcelona, celebrando el gol de Dembelé en el Metropolitano / EFE

El FC Barcelona, celebrando el gol de Dembelé en el Metropolitano / EFE

Primer equipo

El Barça más amarrategui conquista el Metropolitano

Los de Xavi ganan al Atleti a domicilio y se distancian en Liga gracias a un gol de Dembelé

8 enero, 2023 22:56

Partido de altos vuelos en el Civitas Metropolitano. Uno de aquellos duelos en que la atmósfera previa suele erizar la piel del rival. El FC Barcelona, pese a la presión y el nivel de competitividad colchonero, no sucumbió ante el cuadro de Simeone y aprovechó la oportunidad para sumar una nueva victoria en Liga, distanciándose en tres puntos por encima del Real Madrid al frente de la clasificación. El gol de Ousmane Dembelé --tras una conducción estelar de Pedri-- dio alas al Barça, que sufrió más de lo debido en el último cuarto de hora del primer tiempo. Los rojiblancos no acertaron a igualar el marcador antes del descanso, desaprovechando unas oportunidades que no tuvieron en el segundo acto. El Barça se recompuso, recuperó el ritmo del juego y ganó uno de los compromisos más difíciles del campeonato español. Ferran Torres y Savic se fueron expulsados tras una rocambolesca escena de lucha grecorromana, y Araujo sacó in extremis un balón en la misma línea de gol. Una de aquellas victorias que pueden valer títulos a final de temporada

Dembelé recompensa el dominio culé

Ante las bajas de dos hombres importantes como Robert Lewandowski y Jordi Alba, Xavi apostó por cambiar ligeramente el sistema y jugar con un 3-4-3 y cuatro centrocampistas. Busquets, Frenkie de Jong, Pedri y Gavi --este último en ocasiones como falso extremo-- acompañaron a Ter Stegen en la portería; una defensa formada por Balde, Araujo, Christensen y Koundé; y una delantera dinámica y con mucha capacidad de desborde con la dupla Dembelé-Ansu. El guion del encuentro estaba escrito desde antes del pitido inicial, y no hubo plot-twist. El Barça controló el tempo del juego desde el inicio, haciéndose con la pelota ante el repliegue de un Atleti que mordía cada vez que podía. El plan de Simeone estaba claro: presionar, robar el esférico y hacer daño al rival al contragolpe. En esa particular guerra de estilos, el primero en disparar Pablo Barrios. El canterano rojiblanco de 19 años finalizó una buena jugada colectiva del equipo local, aunque su tiro exterior fue demasiado blanco y centrado como para sorprender a Ter Stegen.

Savic, repeliendo un disparo de Ansu Fati en el interior del área / EFE

Savic, repeliendo un disparo de Ansu Fati en el interior del área / EFE

Savic, repeliendo un disparo de Ansu Fati en el interior del área / EFE

Fue un primer aviso que sirvió para despertar al Barça. Andreas Christensen probó un disparo lejano al ver que el Atlético le flotaba, y si bien es cierto que Oblak no tuvo problemas para blocar el balón, Xavi aplaudió el gesto del danés. Poco después, Dembelé y Ansu Fati se colaron en el área colchonera y a punto estuvieron de hacer estragos, aunque la retaguardia local repelió el peligro en el último suspiro. Varios toques de atención de un Barça, el de Xavi, que con el nuevo esquema pretendía crear superioridad entre líneas, imprimiendo cada vez más velocidad a la circulación de balón para generar desajustes. Consiguió su objetivo, pues en el minuto 21 llegó la primera diana del partido a favor de los culés. Pedri protagonizó una conducción brillante desde la zona de tres cuartos hasta el interior del área, desdobló el esférico hacia Gavi y éste, tras sacarse a Reinildo de encima con un giro --y ayudado del brazo--, asistió a Dembelé para que éste, de primeras y con un tiro cruzado, adelantase a los culés en el marcador. Pidió el Atleti falta previa de Gavi a Reinildo, pero ni el árbitro ni el VAR lo compraron.

Minutos infernales tras un trocito de cielo

Quinto gol de Dembouz en la presente edición de la Liga, y que sirvió para romper una muy mala racha del combinado blaugrana en el Metropolitano. El caso es que, con 0-1 en el electrónico, el Barcelona levantó el pie del acelerador. Eso lo aprovechó el equipo de Simeone, que se vio obligado a abrir líneas y adelantar su posición en el campo, siempre en busca de la portería culé. Fueron los atléticos, de hecho, los protagonistas de las siguientes jugadas ofensivas. Marcos Llorente hizo daño partiendo desde la banda derecha y, tras internarse en el área, efectuó un disparo que fue desviado a córner por Araujo. En ese mismo saque de esquina, Griezmann probó el gol olímpico y no lo saboreó por muy poco. No acabó ahí el peligro colchonero, pues un centro desde la derecha fue rematado demasiado fácilmente por Giménez. Esa fue la ocasión más clara para el Atleti, pues el remate se marchó rozando el palo de Ter Stegen. Minutos de sufrimiento para un Barça que necesitaba, de forma urgente, volver a jugar en campo contrario y oxigenar el juego.

Dembelé celebra el golazo marcado contra el Atlético de Madrid en el Metropolitano / EFE

Dembelé celebra el golazo marcado contra el Atlético de Madrid en el Metropolitano / EFE

Dembelé celebra el golazo marcado contra el Atlético de Madrid en el Metropolitano / EFE

Poco a poco, el Barça fue recomponiéndose a base de pases horizontales, en busca del orden y pensándolo bien antes de arriesgar en cada combinación. Xavi pidió a sus jugadores que adelantasen algo más la presión para volver a incomodar al Atlético, consciente de que los suyos habían dado un paso atrás. Y es que los de Simeone continuaban atacando, y a punto estuvieron de empatar en dos acciones consecutivas. Ter Stegen intervino a mano cambiada para desviar un disparo muy peligroso de Griezmann, mientras que en el córner posterior el guardameta alemán no midió bien y salió a destiempo, provocando un nuevo susto en el banquillo azulgrana. Xavi estaba de los nervios, y no era para menos. Daba la sensación de que el Barça, superado físicamente por el conjunto local, estaba pidiendo a gritos el final de la primera mitad para recargar pilas y ordenar ideas. Así fue como llegó el descanso: con los culés sufriendo, pero por delante.

Los cambios de Xavi dan oxígeno al Barça

Si el barcelonismo esperaba un cambio radical y que los de Xavi Hernández recuperasen el control en el segundo acto, se dieron de bruces con un choque de realidad. El Atlético de Madrid siguió mordiendo, acercándose al área de Ter Stegen y creando peligro, mientras que al Barça cada vez le costó más cruzar el campo y tejer jugadas cerca de la meta de Oblak. Griezmann, Joao Félix y Koke probaron disparos lejanos que salieron desviados por la línea de fondo, al tiempo que Nahuel Molina generó peligro con sus pases y centros desde la banda derecha. A medida que fueron pasando los minutos, el conjunto culé intentó estirarse a base de pases en profundidad. Xavi movió el banquillo y sacó del campo a Ansu Fati y Frenkie de Jong, dando entrada en sus respectivos puestos a Ferran Torres y Franck Kessié para aportar oxígeno, además de algo más de contundencia física en la sala de máquinas.

Ter Stegen, rechazando a córner un centro peligroso del Atlético / EFE

Ter Stegen, rechazando a córner un centro peligroso del Atlético / EFE

Ter Stegen, rechazando a córner un centro peligroso del Atlético / EFE

Las fuerzas se equilibraron, el Barça ganó presencia con el esférico en las botas y el Atlético retrasó ligeramente la marea. Con las aguas de nuevo en su cauce, los de Xavi volvieron a enlazar posesiones largas para desgastar al rival, cortarle el ritmo y acercarse de paso al área colchonera. Dembelé fue el que más problemas generó a la defensa local, y a punto estuvo de marcar su doblete en el minuto 62. Un pase en largo a la espalda de la línea defensiva acabó con un disparo del atacante francés, que tocó en la base del palo y salió a saque de portería. El FC Barcelona, de esta manera, volvió a meter el miedo en el cuerpo a los de Simeone, que no habían aprovechado su caudal de ocasiones previas y empezaban a arrepentirse.

Fortaleza y oficio para asegurar el triunfo

Xavi mandó calentar a Éric García y Marcos Alonso, sabedor de que el equipo seguía mostrándose demasiado endeble atrás. Los minutos pasaban y, a falta de poco más de veinte para el final, el de Terrassa quería guardarse las espaldas y amarrar el resultado favorable. En un contragolpe gracias a la vertiginosa conducción de Pedri, el balón acabó en las botas de un Dembelé que no se lo pensó a la hora de probar el disparo lejano. La pelota, por desgracia para los intereses culés, se marchó ligeramente desviada a la derecha de la portería colchonera. La resurrección azulgrana disminuyó las acometidas del Atlético, y de paso calmó los ánimos entre el público desafiante del Metropolitano. Tocó y tocó el equipo de Xavi, buscando la rendija para intentar llegar con peligro a la meta de Oblak. Siempre con paciencia, sin arriesgar en demasía el esférico para luego verse obligado a correr hacia atrás.

Los jugadores del Barça celebran el gol de Dembelé contra el Atlético / EFE

Los jugadores del Barça celebran el gol de Dembelé contra el Atlético / EFE

Los jugadores del Barça celebran el gol de Dembelé contra el Atlético / EFE

En un saque de esquina, el balón le cayó a un Ferran Torres que marcó el segundo gol. Una diana que no subió al marcador, pues el árbitro estuvo atento a la hora de anularla por fuera de juego. Xavi sacó a Gavi del partido para dar entrada a Raphinha, devolviendo al equipo su esencia habitual de 4-3-3 y colocando una nueva pieza ofensiva para sacar de quicio a los defensores atléticos. También quitó a Balde y Busquets, introdujo a Sergi Roberto y Marcos Alonso y, además de aportar músculo y equilibrio, el egarense buscó dormir el encuentro para que ocurrieran pocas cosas en los últimos minutos. Los de Simeone se fueron desquiciando a medida que se acercó el final, con una versión amarrategui de un FC Barcelona que tiró de oficio para asegurar el triunfo. Tanto se calentaron los ánimos que, en una acción que parecía más lucha grecorromana que fútbol, Savic y Ferran Torres se fueron del campo con una roja cada uno. Fue una anécdota gris que enturbió un duelo que, hasta entonces, había sido limpio. Tres puntos de oro para el Barça, en definitiva, que valen el liderato en solitario.