Los siete ‘chavales’ que hacen rugir de emoción al Camp Nou
Los canteranos del Barça vuelven a despertar la ilusión de la afición culé en una temporada complicada
28 septiembre, 2021 20:40No ha sido fácil este comienzo de temporada para la afición blaugrana. La marcha de Messi y los últimos malos resultados deprimieron a una grada que se temía lo peor esta temporada.
El último partido ante el Levante, sin embargo, sirvió de antidepresivo para hacer volver a rugir al Camp Nou y que la parroquita culé tenga, por fin, algo en lo que volver a creer.
Siempre la cantera
Fueron los jugadores de la cantera los que más alegrías han dado al club y parecen los mismos cadetes de la casa los que están dispuestos a salvarlo del abismo. Por encima de todos se erige Ansu Fati.
El delantero de 18 años ha regresado pletórico de su lesión. La afición estaba deseosa de verle encarar con descaro y alegría y embocar a gol. La vuelta de este nuevo '10' parece haber recuperado por completo el entusiasmo de la afición. A los culés les invade un brillo en la mirada cuando hablan de él.
Ansu Fati celebrando su gol en el Barça-Levante / FC Barcelona
La escasez económica ha obligado a Koeman a abrir a los jóvenes las puertas del Camp Nou y a realizar descubrimientos sorprendentes como el caso de Ronald Araújo. Con solo 22 años parece que el central lleve toda la vida jugando en el primer equipo y ante la baja forma de sus rivales en la defensa parece erigirse como el líder de la zaga, con el permiso de Piqué. El uruguayo desprende ganas y ese orgullo de vestir esta camiseta que tanto gusta en can Barça
Mingueza también es hijo de la necesidad y la urgencia. El de Santa Perpètua entró en el primer equipo como central y, ante la plaga de lesiones que asola los laterales de la plantilla, Koeman lo ha situado en el lateral derecho donde ha hecho gala de una potencia que le permite llevar a cabo cabalgadas por la banda que levantan al aficionado de su asiento.
Óscar Mingueza, en una acción del Barça-Granada / EFE
El sello de la Masia se distingue por la plétora de centrocampistas que se han formado en ella. Nico y Gavi parecen dispuestos a no dejar que ese prestigio se evapore. Ambos mostraron ante el Levante la capacidad para gobernar partidos que recuerdan a otras figuras del pasado. Con una clase y temperamento sorprendentes a su pronta edad, parecen destinados a ser la balizala del centro del campo de este nuevo Barça.
Todavía falta por demostrar
También ha habido lugar para figuras que han despertado cosquillas en el aficionado culé, pero que todavía no han tenido tiempo de demostrar más. Los minutos de Balde en la banda izquierda ante el Bayern fueron la única buena noticia aquella noche. El joven lateral tuvo la mala fortuna de lesionarse en su primera titularidad ante el Granada, pero ya ha demostrado capacidad de sobras para convencer al Camp Nou. Demir también ha debutado, pero parece sufrir aquella maldición que acosa a algunos jugadores que rinden mejor partiendo desde el banquillo que arrancando como titulares.
No todos los jóvenes están brillando por igual. Riqui Puig nunca ha acabado de convencer a Koeman que mantiene su intención de no darle protagonimo. El joven centrocampista acude a los minutos que le da su entrenador con una sonria en la cara y de vez en cuando deja muestras de la gran calidad que tiene. El Camp Nou se pregunta si, con más minutos, el jugador podría rendir más. Su figura despierta la ambivalencia de los aficionados. No así en su entrenador que lo tiene claro: “tiene que mejorar muchas cosas”.
Riqui Puig en el partido contra el Granada
El otro caso que parece estar atragantándose es el de Éric García. El canterano no despierta la seguridad de otros jóvenes zagueros como Araújo y todavía no se le va con la capacidad suficiente como para liderar la defensa azulgrana. Sobre el empieza a pesar ese peligroso ‘run-run’ que musita que quizás no tenga nivel para un equipo como el Barça. Todavía es pronto para un diagnóstico de esa magnitud y su edad le ofrece un margen de mejora muy alto.
Con esta juventud que clama estar ya preparada para retos mayores que los del filial, la afición tiene ante sí una inmejorable oportunidad de dejar de mirar al pasado con nostalgia y empezar a tener fe en un joven presente que les abastezca de un futuro próspero.