No corren buenos tiempos para Antoine Griezmann. Por primera vez esta temporada, el técnico del FC Barcelona, Ronald Koeman, se atrevió este martes a sentar al francés en el primer compromiso europeo del Barça en este curso ante el Ferencvaros (5-1). En su lugar, el entrenador holandés cedió la titularidad a Francisco Trincao y también brindó una nueva oportunidad al compatriota del Principito, Ousmane Dembelé.
Así, Koeman ha decidido castigar al francés por no aprovechar debidamente la ocasión en la derrota en Getafe (1-0) y ha cedido su primera titularidad al joven portugués, quién sí ha sabido sacar partido a la confianza depositada en él.
Francisco Trincao en su debut con el Barça contra el Nàstic / Redes
Trincao jugó con atrevimiento, con osadía. Tuvo desborde y puso en serios aprietos el lateral izquierdo del conjunto húngaro, demostrando que encaja perfectamente en el equipo. Intentó varios remates, a pesar de que la noche del martes no ha tenido la fortuna de marcar. Pero sus ganas combinadas con un equilibrio y elegancia impropias de un joven de 17 años, le hicieron destacar sobre el resto en la primera noche de Champions en el Camp Nou de este curso.
En los últimos minutos de la primera parte, Trincao tuvo en sus botas una oportunidad clara de gol, que rechazó el meta del conjunto visitante. El portugués ganó todos los uno contra uno, lo que sirvió para que sus compañeros le buscaran repetidamente de una manera instintiva, como si no se tratara de su debut como titular bajo las órdenes del técnico holandés.
Dembelé tampoco se quedó atrás
Tras su gran actuación --seguramente la mejor del partido--, Trincao fue substituido por Dembelé en el minuto 62, cerrando su participación en el encuentro continental con tres disparos a portería, dos faltas recibidas que le acabaron costando una tarjeta amarilla a Civic, nueve duelos individuales a su favor y un 86% de acierto en pases.
Dembelé y Griezmann en un partido del Barça / FC Barcelona
Viendo los grandes detalles que el portugués había dejado sobre el césped del Camp Nou, Dembelé entró en la recta final del partido dispuesto a superarse. Fue el asistente de Pedri en el 4 a 1 y marcó el quinto y último tanto azulgrana que subió al marcador de ese encuentro, reencontrándose con el gol más de un año después.
El resurgir del Mosquito no sólo son buenas noticias para el Barça. Lo son también para el jugador en su individualidad, tanto si quiere volver a ser un indiscutible en el esquema de Koeman como si quiere buscar un nuevo club en el mercado de invierno o cuando acabe la temporada en verano.
Dembelé ha despertado de su letargo y lo ha hecho dejando muy buenas sensaciones en su primera titularidad de esta temporada, que aprovechó debidamente para poner en apuros a la defensa del Ferencvaros en cada ocasión que tuvo la oportunidad de buscar el espacio entre líneas.