El Barça hizo lo que tocaba y lo hizo con Griezmann en el banquillo. No fue casualidad que el equipo volviera a mostrar su versión más punzante en ataque con un especialista como Trincao en la banda derecha. El portugués encaró, desbordó, combinó, corrió, se atrevió a todo y con todos. ¡Ya hizo más que Griezmann en lo que llevamos de temporada!
A mí me encantó y aunque tampoco podemos sacar grandes conclusiones tras un sólo partido, me gustaría que Koeman fuera valiente y le diera continuidad contra el R. Madrid porque ante el Ferencvaros se lo ganó a pulso.
El Barça y Messi necesitan un extremo puro y no otro mediapunta reconvertido. Si Griezmann quiere jugar que se ponga el objetivo de quitarle el sitio a Coutinho porque incluso Dembélé fue más determinante.
Por el contrario, si ayer Griezmann no tuvo ni un solo minuto también podría ser porque Koeman lo estuviera reservando para el clásico. Así que de momento lo diré con la boca pequeña pero creo que Koeman tiene que darse cuenta que a día de hoy la posición ideal para Griezman es el banquillo.
La pesadilla de la Champions
En otras circunstancias, con otros precedentes y en cualquier otro momento hoy estaría diciendo que empezamos una nueva temporada en la máxima competición europea con el saco cargado lleno de esperanzas y de ilusiones pero no, hoy no es así. No puede ser así.
Viniendo de donde venimos no nos podemos permitir este lujo ni estos aires de grandeza. Roma, Liverpool y Bayern de Múnich, sobre todo este último. El 2-8 todavía duele mucho, el 2-8 todavía no lo hemos superado y costará olvidarlo. No podemos volver a caer en las mismas trampas del pasado, aquello de la copita tan linda estaba muy bien cuando aún confiábamos en el equipo, cuando todavía creíamos que la Champions era un territorio amigo. Pero ahora ya no, la película ha cambiado.
La Champions nos espetó duras curas de humildad que nos han hecho abrir los ojos, los primeros a Koeman y al equipo. Mejor ir con pies de plomo porque a día de hoy el Barça no tiene ni el derecho a soñar con la sexta orejona. ¿Se imaginan una eliminatoria con el Bayern, el Liverpool, el City o el PSG? Yo sí y preferiría no tener que dar la cara al día siguiente. Y no, tampoco es miedo lo que siento, es la realidad.
Al equipo apenas le llega para ganar la Liga y la Copa pero dejémosles hacer y vayamos partido a partido. De esta manera, quien sabe si en el mes de mayo tengo que repescar este mismo discurso y comérmelo con patatas. Si esto fuera así, creedme que sería el hombre más feliz del mundo y me lo comería con mucho gusto a vuestra salud.
Luces y sombras en el Coliseum
Luces y sombras en la derrota del Barça en Getafe. Luces con Pedri que se está ganando a pulso un puesto en el once de Koeman y sobre todo, tener ese lugar en partidos como el del próximo sábado contra el R. Madrid. El canario es una delicia, es un jugador diferente y aunque no le hagan ningún tipo de bien estas comparaciones, a mí me recuerda a la magia de un tal Andrés Iniesta.
Por el contrario, las sombras nuevamente las volvió a poner Antoine Griezmann. El francés volvió a fallar una clara ocasión de gol y aunque esta vez sí jugó en su posición, volvió a dejar mucho que desear. Él solito ha creado un clima y una presión innecesarias y difíciles de soportar para cualquier mortal. Sus declaraciones con la selección no le han hecho ningún favor. Costará olvidarlas.
Y con todo, tampoco me quiero olvidar ni de Nyom ni del VAR. Mejor olvidarse de lo que decíamos que el video arbitraje haría un fútbol mucho más justo y más sencillo para los árbitros porque ya hemos comprobado que esto es totalmente falso. Y finalmente a Nyom decirle que está muy bien ser así de valiente con Ansu Fati o con el entrenador rival pero el fútbol es un espectáculo que ven millones de espectadores en todo el mundo y su comportamiento precisamente no es lo que se enseña en el fútbol base. Hizo todo lo que un deportista no debe hacer en un terreno de juego. El comportamiento de Nyom fue vergonzoso.