Hoy vamos con algunos detalles del minuto y resultado de las obras del nuevo Spotify Camp Nou a falta de una información fidedigna, creíble y fluida que debería ofrecer el FC Barcelona en relación con el retraso en la construcción de esta nueva remodelación que, teóricamente, marcará un antes y un después. Más allá de los retrasos, previsibles y normales en este país donde vivimos, han fallado las maneras y ha habido demasiados errores comunicativos que penalizan la credibilidad del proyecto.

Pero, en el durante, he podido conocer, por fuentes directas, algunos detalles de la obra que ayudan a entender por qué se ha llegado a esta situación. De entrada, lo que me llega de forma contrastada es que, encima de la mesa, no se descarta volver a jugar a partir del mes de enero. Y esta fecha ya se consideraría toda una victoria. Así que partidos como uno de Champions contra el PSG se deberá disputar en un campo donde, por capacidad o externalidad, no dará el retorno económico esperado. Marcamos, de entrada, enero en el calendario.

La otra cara de la moneda de esta fecha es encontrar las causas. Hay múltiples, pero me han llegado algunos detalles dignos de compartir. Si la comunicación de puertas para fuera falla, también pasa lo mismo de puertas para dentro. En estos momentos, en el Camp Nou hay treinta nacionalidades distintas trabajando sin descanso. Cuando decimos que en un vestuario se pueden formar grupos e incluso clanes según afinidades y nacionalidades, ¿os podéis imaginar si este grupo reducido lo trasladamos a uno mayor que trabaja en la construcción? Esto divide e incluso crea conflictos. Pero también errores de entendimiento que van desde los peones hasta los responsables superiores. El ejemplo más impactante son los lavabos: por un error de diseño a la hora de entenderse, cuando vinieron los máximos responsables turcos y vieron cómo habían quedado, tuvieron que desmantelar toda la parte de los baños que ya estaba hecha y volver a construirlos de nuevo. En algún vídeo de los que se han difundido sobre el retorno al Camp Nou, salen los famosos aseos que comento.

Pero la cosa no acaba aquí. El personal, mayoritariamente de fuera, es insuficiente y a los profesionales catalanes parece que no les convence dejar sus negocios actuales para volcarse únicamente en esta obra. Un segundo y último ejemplo de ello son los selladores, que en su mayoría vienen de Madrid. Y los pladuristas, o instaladores de pladur, los cuales también van buscados en los últimos días por falta de manos... En definitiva, que no es oro todo lo que reluce y este es el día a día de cualquier obra, por insignificante o grande que sea.