Johan Cruyff fue un personaje irrepetible por muchas razones. Una de ellas, su relación con los futbolistas y la gestión en la sala de prensa. El holandés sabía mandar los mensajes necesarios en el momento oportuno y era único a la hora de colocar en el escenario aquello que le interesaba. Ahora, tres décadas después de su mando en azulgrana, un entrenador alemán, Hansi Flick, le tomó el relevo. Y lo hizo de manera tan inesperada como, de entrada, alucinante.
Cruyff encontró a su némesis en la figura de Javier Clemente y la relación, explosiva, entre ambos es aún recordada por los daños colaterales que provocaron en la persona de algunos jugadores del Barça. Desde entonces no se recuerda algo igual en este sentido, por cuanto la guerra Guardiola-Mourinho sí perjudicó a la selección, pero no por la actuación del entonces entrenador nacional, Vicente del Bosque.
Ahora la situación se entiende grave porque alguien está mintiendo con el tema de Lamine Yamal cuando desde la federación española se apresuraron el sábado a desmentir la rajada, bestial, de Flick a cuenta de la gestión deportiva que hicieron desde la selección, con De la Fuente al frente, con su joven estrella.
De momento desde la federación se ha preferido no expresarse públicamente, pero sí se ha deslizado a algunos periodistas cercanos al equipo nacional que no es cierto lo denunciado por el entrenador del Barcelona. Poca broma con eso...
"A Flick se le empiezan a ver las costuras y cuando su Barça no es dominante como antes desvía la atención" se refirió el sábado desde emisoras de radio estatales, donde el apoyo a De la Fuente es incuestionable si enfrente está quien está, claro. Y Karanka, mientras, se calló y escondió sin mostrar su posición como director deportivo de la selección.
La denuncia de Flick, durísima por lo inesperada y sorprendente, amenaza con abrir un cisma entre el Barça y la federación pero más allá de todo eso alumbra una imagen desconocida del entrenador alemán que, desconociéndolo (o no), recordó una faceta que no se veía en la sala de prensa del club azulgrana desde hace tres décadas, cuando Johan Cruyff no dudaba en señalar a la selección española de los males, supuestos o reales, de su Barça.