Lo de Hansi Flick con Thiago Alcántara me recuerda, en su momento, al matrimonio indisoluble entre Luis Enrique y su psicólogo de confianza, Joaquín Valdés. Nos vendieron que este profesional, cuando llegó en su día, serviría para el primer equipo y la realidad es que se convirtió en una muleta únicamente para el asturiano. Con el paso del tiempo, también en el PSG, esto ha sido una evidencia irrefutable pese a las críticas que recibimos los que explicamos todo ello desde un inicio.
Pues bien, volviendo al año 2025, porque el tiempo pasa volando, Hansi Flick se encuentra en una situación muy similar. Está desbordado por unos niños, en el buen y mal sentido de la palabra, con un líder de 18 años y con demasiados éxitos conseguidos la temporada pasada si miramos los últimos años de deriva de este club. La figura de Thiago Alcántara es un refuerzo para el alemán, un puente para penetrar en estos jugadores y un alivio en un staff excesivamente profesional que no entiende de faltas de atención. Flick lo conoce, sabe que Thiago es un hombre centrado, de familia y siempre ha tenido un espíritu libre, sin quererse ligar a sitios donde no lo han querido.
Precisamente, uno de estos sitios ha sido el Barcelona. La competencia que tuvo en su día con Sergio Busquets o el mismo Xavi fue determinante para que se fuera a hacer las Américas. Por todo ello, no me imagino a Thiago motivando a unos jugadores para que lo den todo por los colores azulgranas cuando él, de joven, era un alma totalmente libre y priorizó su carrera y su dinero antes que el club de su vida. Si a esto le sumamos que ha sido un buen jugador, pero tampoco pasará como un referente histórico para chavales de la generación de los 2000 para abajo, me pregunto realmente el impacto positivo que puede tener Alcántara en todos ellos.
Definitivamente, el interés de Flick por él, lo único que aporta informativamente y nos debe hacer concluir, es que el equipo está desatado y solamente estamos en septiembre. Paciencia.