Se ha convertido ya en algo habitual, pero los problemas del Barça con el Fair Play y las inscripciones de los jugadores son ahora un mal endémico del que toca hablar cada verano hasta el último momento, siguiendo con mucha atención quién puede jugar en cada partido que se juega en agosto, cuando el verano de fichajes sigue abierto.
En primer lugar, sería importante que, a la vista de que las competiciones empiezan a mediados de agosto y finalizan a finales de mayo, el mercado de fichajes se adaptara a la nueva realidad, modificando la ventana de fichajes, para no empezar la competición con jugadores que pueden salir de los equipos, por lo que en lugar de julio y agosto debería ser de 15 de junio a 15 de agosto, para no perjudicar ni adulterar las primeras jornadas.
Volviendo al tema del Fair Play, es importante matizar que, si antes de empezar la primera jornada de Liga quedaban más de 150 fichajes pendientes de inscribir, el problema no es de un equipo en concreto sino del propio estamento que dirige Javier Tebas, que ve como año tras año, la Premier League sigue mejorando sus condiciones en todos los sentidos y sigue evolucionando en paso firme, mientras que la Liga permanece estancada y bloqueada.
Evidentemente que una gran parte de la culpa es de Tebas, cuya administración da claros síntomas de decadencia y cuyos enfrentamientos con varios equipos y operaciones de venta a muchos años vista han condicionado a todos los clubes, por lo que empezaría a tocar que se planteara realmente un cambio en la dirección de la Liga, donde el Barça podía haber sido clave si hubiera actuado contra Tebas cuando filtró información económica confidencial del club.
Regresando al conjunto blaugrana, ha llegado a un punto en el que el aficionado medio ya no puede entender qué es lo que ocurre con el maldito Fair Play para que, año tras año este siga siendo el tema del verano, condicionando salidas e inscripciones, siempre pendientes de que pase algo en el último momento que pueda desencallar la situación.
Tocaría una explicación clara del Fair Play y la situación del Barça, porque después de que las grandes fichas del club se hayan ido, de pocos fichajes, salidas perdonando salario y reducción de masa salarial, cuesta de entender que el club siga sin estar en la regla 1:1, pese a haber realizado todas las operaciones financieras habidas o por haber.
Las secciones siguen sufriendo esta situación de una forma mucho más evidente que el primer equipo masculino, perdiendo estrellas y futuro cada verano, donde hay que destacar la desbandada que se está viviendo en el fútbol femenino, con la marcha de jugadoras importantes y otras de jóvenes, que no deberían salir del club por el bien de la entidad.
Para la primera jornada el club solo pudo inscribir a Joan Garcia y Marcus Rashford, algo que para algunos fue un éxito, pero vuelve a manifestar cierta incapacidad para superar estos problemas de Fair Play un verano más, donde se ha tenido que lesionar Ter Stegen --por más de los tres meses que él había anunciado-- para utilizar parte de su ficha, elemento clave para la inscripción, donde también ayudó la dolorosa marcha de Íñigo Martínez.
No puede ser que cuando se había anunciado cierta tranquilidad y estabilidad se vuelva a vivir un mercado más pendientes de inscribir que de quién fichar, llegando al último momento, con un evidente malestar de Flick por afrontar así alguna jornada de competición.
Toca hacer autocrítica y explicar a la masa social cuál es la situación real y por qué se sigue sin recuperar la regla del 1:1, dejando hasta tres jugadores sin viajar a Mallorca en la primera jornada y con el club pendiente de esta situación durante semanas, en las que ha sobrevolado incluso la 'salida dolorosa', con nombres como Marc Casadó y Fermín López que el club ni debería plantear.
En pleno 2025 y con las grandes fichas fuera del Barça ya no se puede hablar de herencia, igual que ocurre con la situación del Camp Nou, sino que toca arreglar ya esta situación y ser exigentes con quién toque, para terminar por fin con un debate que ciertamente, cansa demasiado, y para no acabar siempre con una lesión de larga duración o, como otros, inscribiendo jugadores muy caros en el filial.
Toca trabajar, ponerse al día, ser claros y autocríticos para terminar con un debate muy pesado y cansado, para volver a los debates sobre nombres, variantes y tácticas, que hacían las tardes de verano mucho más entretenidas y hacían creerse a más de uno, que podía llegar a director deportivo o entrenador.