Dicen que no les hacen falta más jugadores, porque por dinero no hay límite y porque no les ha dado la gana de fichar a más. Pese a eso, el Real Madrid es, hasta el momento, el que más ha gastado para reforzar su plantilla de entre los equipos de la Liga, con 204 millones de euros, contando el finiquito de Ancelotti y las indemnizaciones por las incorporaciones de Xabi Alonso (Bayer Leverkusen) y Trent Alexander-Arnold (Liverpool).
Tras el fichaje de Mbappé, el ambiente en la capital era hace un año de un triunfalismo absoluto y vaticinaban que no solo arrasarían en el mundo-mundial en la temporada 24/25, sino que tenían equipo para rato. Pero no ha sido así. De las siete competiciones en que intervino solamente ganó dos menores, la Supercopa de Europa y el Mundialito de Clubs. Del resto de competiciones salió severamente apalizado, como el 5-1 global ante Arsenal en semifinales de Champions, el 4-0 ante el PSG en semifinales del Mundial de Clubs de Estados Unidos y el 16-7 global ante el Barcelona entre los partidos de Liga (2), Copa y Supercopa de España. Si juntamos los resultados de esos siete partidos decisivos, sale un total de 25-8. De estos 8 goles marcados, solamente 5 fueron de jugada. Eso sí, dicen que Mbappé ha triunfado en su primera temporada. Suerte han tenido de eso.
Pero que no le vengan con gaitas a Florentino. El fracaso ha sido rotundo y para taparlo, el club-estado por excelencia se ha lanzado a fichar, puesto que tiene en marcha la recalificación de unos terrenos cerca de Valdebebas, que pasarán de agrícolas a urbanizables y que le supondrán al club-estado una lluvia de millones, con los que se compensará, además de los fichajes, el perjuicio económico que le supone el veto al remodelado Bernabeu como escenario de espectáculos musicales.
Eso ha supuesto una bicoca para el Atlético, que ha aprovechado debidamente la patochada de su eterno rival, puesto que el Metropolitano no cesa de acoger los conciertos prohibidos en el recinto de la Castellana.
Volviendo al tema que nos ocupa, el Real acabará pagando 10 millones al Liverpool por Trent, 62 al River Plate por Mastantuono, 59 al Bournemouth por Huijsen, 50 al Benfica por Carreras y 12 al Bayer Leverkusen por liberar a Xabi Alonso, más los 11 de la liquidación de Ancelotti. Total, 204 millones para tapar el desastre de la pasada temporada, en la que lo peor no fueron las derrotas “per se”, sino porque llegaron a base de humillantes goleadas. Que duele más. Lo que llama la atención ahora es que con semejante inversión no se hayan cubierto los puestos que más necesitaba el equipo: los de delantero centro y de director/organizador de juego.
Mbappé es un cromo repetido de Vini, que tiene en el lado izquierdo su espacio natural y donde ha elaborado sus mejores actuaciones. Pero Vini le ha quitado ese puesto y Mbappé ha de hacer de 9 sin ser un ariete nato. El francés, que es Pichichi porque es un gran goleador, no es lo que el Real necesita en el área para romper defensas en los espacios cortos. Lo fue Benzema. Y también Joselu, sin ir más lejos. O puede serlo un Gonzalo, que es ahora mismo carne de banquillo. Muchos jugadores de media punta, pero ningún especialista en fijar los centrales. Ese defecto se reflejó en la última Liga en el número de goles marcados: 78, a 24 del Barça (102).
Sobre el organizador/director de juego, el Real no posee un Vitinha, un Rodri, un Zubimendi o un Pedri para dar sentido al esfuerzo colectivo. Ni Tchouamèni, ni Camavinga, ni Valverde, ni Arda, ni Mastantuono, ni Brahim lo son. Esa carencia la suple el Real con la indiscutible calidad individual de sus jugadores. Pero cuando llega la hora de la verdad, cuando el rival es de primerísima fila y hay que jugar en serio y no cada cual por su cuenta, el resultado ya lo saben: 25-8 en los siete partidos aludidos.
Sorprende, pues, que Xabi Alonso no haya pedido un jugador que sea la prolongación suya en el campo. Alonso fue un centrocampista leñero, eso sí, pero también un futbolista con sentido del juego colectivo. Por ahora no sentenciaremos el futuro inmediato del equipo del club-estado, porque dispone de un tráiler de euros para comprar lo que “haiga” falta. Si no, que se lo pregunten a Almeida y a Ayuso, tesoreros “in pectore” de la causa blanca.