No pasa un solo día en el Barça sin que nos den una de cal y otra de arena. Ayer operaron a Ter Stegen y ahora el club vive pendiente de un comité médico externo de La Liga, que debe validar el tiempo de baja del alemán. Falsificar un informe médico es delito, así que no debería haber demasiadas dudas sobre el caso.
Pero el portero, que acumula cuatro operaciones en cuatro años, decidió añadirle picante al asunto. Ter Stegen —que lleva años evitando que su información médica sea pública— esta vez no dudó en emitir un parte médico detallado y con un tiempo exacto de baja... incluso antes de pasar por el quirófano.
Es evidente que el jugador no quiere que el Barça declare su ausencia como una baja de larga duración, lo que permitiría al club inscribir con su salario a Joan García, que amenaza con quitarle la titularidad. Fue un movimiento egoísta, agravado por el hecho de que no estamos hablando de un jugador cualquiera, sino del capitán del equipo, que ha lanzado un pulso claro al club.
Ese mismo día, el Barça presentó una camiseta preciosa para jugar como visitante. El club catalán se ha asociado con uno de los mejores jugadores de baloncesto de la historia, Kobe Bryant, en una alianza estratégica que se extenderá durante los próximos tres años. Una camiseta que no solo incrementará los ingresos, sino que proyecta al Barça hacia un nuevo público: los fans del baloncesto americano y seguidores de los Lakers, una de las franquicias más icónicas del mundo. Una asociación de la que los culers pueden sentirse muy orgullosos.
Esta alianza llega solo dos días después del debut del Barça de Flick, que dejó muy buenas sensaciones. Joan García demostró que el club ha acertado con su fichaje, Bardghji se estrenó con gol, y la irrupción del joven Pedro Fernández, 'Dro', ilusiona a los culers con la aparición de una nueva joya de la cantera.
Sin embargo, ni Joan García, ni Szczęsny, ni Bardghji, ni Marcus Rashford están inscritos, y el culer no sabe si podrá verlos en acción en el debut liguero ante el Mallorca.
Ese mismo domingo reinó el caos entre los socios del Barça cuando intentaban ver el partido. En una decisión absurda desde el principio, el club decidió emitir el encuentro solo por sus canales digitales. Un buen amigo, ya mayor, me llamó cuando el partido había comenzado: —Santi, ¿en qué canal lo están dando? Le dije que podía verlo por YouTube, que era lo único que funcionaba en aquel momento. —Que les den —me respondió, desistiendo al instante—. No sé cómo va eso.
Nadie pensó en ofrecer una alternativa para quienes no manejan las nuevas tecnologías. El problema se agravó cuando, tras anunciar que el partido sería gratis para los socios, el servicio no funcionaba ni ‘palante ni patrás’. El Barça rechazó vender los derechos del partido a TVE y TV3 para promocionar sus propios medios, pero fue incapaz de ofrecer el servicio prometido. Perdió la posibilidad de ingresar dinero por la vía tradicional y ahora debe reembolsar a quienes pagaron para ver el estreno de la segunda temporada de Flick. Manolete, Manolete… si no sabes torear, ¿pa qué te metes?
Más ejemplos: el miércoles pasado el Barça presentó a Rashford. El inglés sorprendió con un discurso claro, ambicioso y humilde al mismo tiempo. La presentación del nuevo “14” fue un éxito. Pero cinco minutos después de que abandonara la Botiga, el club anunció que cancelaba el viaje a Japón por un impago del organizador local.
En una sola semana, el Barça ha tenido más subidas y bajadas que el Dragon Khan. Y yo ya no sé ni cómo deberíamos sentirnos los culers. Supongo que, si los niños sonríen cuando bajan de una montaña rusa, esto es lo mismo. Divertidos estamos, desde luego. Espectáculo dentro y fuera del campo. En cierto modo, eso también es cruyffismo. O no. Ya saben: en el Barça todo puede cambiar en un minuto.