El cantante y actor americano Frank Sinatra popularizó a finales de la década de los 60 una canción escrita por Paul Anka en la que hacía un repaso sui generis de su vida, cargada de sinsabores, amarguras y desprecios, pero de la que no arrepentía de nada, porque había seguido siempre lo que la conciencia le había dictado y podía ahora mirar atrás sin remordimientos. Esa canción llevaba el título de My way, que en español se tradujo A mí manera. Algunas de las estrofas no tienen desperdicio: "he tenido algunos reproches", "hice lo que tenía que hacer", "he amado, he reído, he llorado", "ya me harté mi parte de perder", "me parece todo ahora tan divertido", "si no es él mismo, entonces no tiene nada", "el registro muestra que recibí golpes", "no escuchar las palabras de quien se arrodilla"...
Frank Sinatra se hizo rápidamente suya esta canción, que con su particular estilo crooner inmortalizó para la eternidad, llegando a convertirse en el himno de toda una generación. Hay que recordar que Sinatra era vilipendiado un día sí y otro también por su forma de vida, rodeado de éxito y mujeres. Tanto es así que se le llegó a señalar como mafioso por sus amistades peligrosas con La Camorra y como mujeriego empedernido, por sus célebres juergas en Las Vegas junto al rat pack, la banda juerguista que formaba con Dean Martin, Sammy Davis junior y Peter Lawford.
La canción My way le sirvió a Sinatra como catarsis para expulsar todos sus demonios y denunciar a la sociedad que por mucho que le critiquen y analicen su vida con lupa, seguirá haciendo las cosas 'a su manera' porque no sabe hacerlas, valga la redundancia, de otra manera.
Lamine Yamal haría bien en recoger el testigo de Frank Sinatra. No tanto por sus escarceos lúdicos con la mafia -su fiesta de cumpleaños tuvo de contenido temático el mundo del gangster- o por su afinidad con las mujeres -este verano se le cazó en compañía de una instragramer'de 30 años-, sino a la hora de coger su camino y no desviarse ni un ápice del rumbo marcado. Críticas va a recibir haga lo que haga. Desde la caverna mediática se encargan, desde hace ya tiempo, de lanzar bulos y 'fake news' como si no hubiera mañana, mientras que otros medios, teóricamente más serios, no tienen miramientos a la hora de dar pábulo y escampar rumores maledicientes.
Yamal, si algo ha demostrado hasta ahora, es una madurez sorprendente. Le rebotan las críticas, y cuando se hace eco de alguna, es capaz de responder tirando de una ironía fantástica. Como cuando salió a la luz que la Asociación de Personas con Androplasia y Otras Displasias Esqueléticas con Enanismo (ADEE) amenazó con denunciar al jugador por haber utilizado enanos en su fiesta de aniversario -los afectados aseguraron haber ido más que satisfechos por los honorarios recibidos-, y Lamine respondió enviado un mensaje de ayuda al actor Peter Dinklage, el actor enano que encarna al célebre Tyrion Lannister en la aclamada serie Juego de Tronos- a su cuenta personal.
Es el precio de la fama que ha de saber gestionar. Cada paso que haga será a partir de ahora desmenuzado hasta que no quede ni una mota de polvo. Si se va de vacaciones a Brasil con su ídolo Neymar como anfitrión, pues palos porque el brasileño ya sabemos que le va llevar por Sodoma y Gomorra, que llega sin dormir a las pruebas médicas, pues palos porque en el selfie que se ha hecho se aprecia que no lleva el cinturón de seguridad abrochado. Ese será su modus vivendi en los próximos veinte años. Haciendo rabiar a más de uno por su forma de jugar, éxitos y estilo de vida. Será el momento de hacer una pausa y cantar a todo pulmón A mi manera. Si quiere yo le ayudaré en los coros...