El RCD Espanyol y el FC Barcelona son los clubes más mediáticos de la capital catalana. Cada uno con sus diferencias marcadas, tanto por su filosofía futbolística como por su modelo de gestión. Desde 1992 que la entidad perica es una Sociedad Anónima Deportiva (SAD), lo que implica que es dirigido por un grupo de accionistas. Ese rol le pertenecía al grupo liderado por Chen Yansheng, pero el pasado 14 de julio se ha confirmado que el club ahora entra en la era de la multipropiedad.
Tras estancarse el proyecto del Espanyol, tanto en lo deportivo como en lo financiero, el multimillonario chino tomó la decisión de dar un paso al costado. En ese contexto entran las negociaciones con el grupo Velocity Sport Limited (VSL), una sociedad inglesa liderada por Alan Pace. Después de semanas de intensos contactos, la entidad blanquiazul pasa a formar parte de VSL, que también es conocida por estar detrás de la propiedad del Burnley FC.
Nuevos propietarios
Los 130 millones de euros que ha pagado la sociedad de Alan Pace suponen una nueva etapa en el club catalán. Fuentes consultadas por Culemanía aseguran que la intención de VSL es que el Espanyol sea el eje de las operaciones. Sin embargo, la entrada en una estructura de multipropiedad plantea dudas razonables. Este tipo de modelos, cada vez más comunes en el fútbol europeo, han sido objeto de debate por el desigual reparto de recursos y atención entre los clubes gestionados por un mismo holding.
Alan Pace, propietario del Burnley
La experiencia internacional ofrece señales mixtas. El City Football Group, con sede en Emiratos Árabes Unidos, ha logrado consolidar una red global con más de 10 clubes --entre ellos el Manchester City y el Girona FC--, pero no todos reciben el mismo nivel de inversión ni protagonismo. Una situación similar ocurre con el modelo de Red Bull, que ha convertido al RB Leipzig en su buque insignia en Europa, dejando en segundo plano a filiales como el Red Bull Salzburg o el New York Red Bulls.
Modelo de contrastes
La multipropiedad se ha convertido en una herramienta estratégica para optimizar recursos, compartir talento y escalar estructuras deportivas. Los holdings como el de Red Bull o VSL, la posibilidad de mover jugadores entre filiales facilita el desarrollo de jóvenes promesas, al mismo tiempo que reduce riesgos financieros. En el caso del Espanyol, la unión con el Burnley --equipo con más potencial financiero por estar en la Premier League-- puede facilitar que tengan acceso a futbolistas de mayor valor en el mercado de fichajes. De hecho, se habla de Jaidon Anthony como potencial refuerzo.
Iñigo Martínez presiona a un jugador del RCD Espanyol en el derbi
No obstante, este modelo también plantea varias amenazas. Una de las principales críticas reside en la pérdida de identidad de los clubes absorbidos, que muchas veces deben renunciar a decisiones propias para responder a los intereses de la matriz. Tampoco es raro que los recursos se concentren en uno o dos proyectos, relegando al resto a un papel secundario. En el peor de los casos, los clubes pueden acabar convertidos en simples plataformas de formación o escaparates de traspasos, con poca ambición deportiva real.
Jeque del Manchester City, Mansur bin Zayed al Nahyan
El City Football Group es el mejor ejemplo de esto. El Manchester City es la punta de lanza de todo el proyecto, lo que deja al resto de equipos en un segundo plano. Ese orden de prioridades es lo que ha provocado que el Troyes, club comprado por el holding de Oriente Medio en 2020, se encuentre en la Ligue 2 después de hundir a la plantilla del primer equipo con muchas decisiones erráticas en la planificación de los fichajes.
Los cambios en el Espanyol
El Espanyol llevó su venta al extremo. A finales de 2015 llegó Rastar Group desde China, encabezado por su CEO y presidente Chen Yansheng. En un primer momento, asumió el 56% de las acciones por 17,76 millones, pero en 2016 alcanzó el 99,35% de la participación. Todo con la misión de saldar una importante deuda de 57 millones. El cambio fue bien recibido por la afición, especialmente por las promesas de los nuevos propietarios de llevar al equipo a "la Champions en menos de tres años".
Chen Yansheng, propietario del RCD Espanyol, en una imagen de archivo
Sin embargo, el interés de Chen en el Espanyol cayó rápidamente. Desde agosto de 2022 que el empresario chino no pisa la capital catalana, después de dos descensos a la Segunda División. Esa experiencia tan negativa es lo que espera cambiar el grupo VSL, que por ahora se compromete a trabajar en el mercado de fichajes de verano para acercar al primer equipo a puestos europeos.
Ajeno al Barça
El FC Barcelona, como club deportivo que pertenece a sus más de 140.000 socios, se rige bajo una lógica completamente distinta a la de las Sociedades Anónimas Deportivas. El miedo del barcelonismo en cambiar esa estructura se ha fundamentado en las obligaciones financieras que debe enfrentar el Barça en los próximos años, especialmente los pagos previstos a largo plazo por valor de 1.838 millones de euros y los 579 millones de la deuda a corto plazo.
Sin embargo, Joan Laporta siempre se ha mostrado públicamente en contra de convertir al Barça en una SAD: "Yo soy garante de que el Barça no será una sociedad anónima deportiva y que siempre será patrimonio de sus socios. El club es de los socios". Ni siquiera la transformación en un modelo mixto como el del Bayern Múnich convence al abogado catalán, por lo que el ejemplo de RCD Espanyol tampoco apunta a ser el camino a seguir.
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