Alexia Putellas, Irene Paredes y Laia Codina retratan el sufrimiento de Jenni Hermoso en el juicio contra Rubiales

El juicio contra Luis Rubiales por el beso no consentido a Jenni Hermoso se puso en marcha el pasado lunes 3 de febrero. El expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) tendrá que responder por dos presuntos delitos de agresión sexual y coacciones. La Fiscalía solicita dos años y medio de cárcel. Jorge Vilda, Albert Luque y Rubén Rivera, exmiembros del ente federativo, también se exponen a penas por un delito de coacciones. Hasta 27 testigos pasarán por los juzgados para explicar su punto de vista sobre los hechos.

Este jueves 6 ha llegado el turno de Alexia Putellas, Irene Paredes y Laia Codina, integrantes de la selección española campeona del Mundial Femenino en 2023, y de Ana Ecube, amiga de Jenni. Todas ellas han respaldado el relato de la víctima, desde que tuvo lugar el beso en la final de Sídney, hasta el viaje posterior a Ibiza de todas las futbolistas y sus respectivas familias. 

El 'shock' inicial

Como ha recordado Alexia en declaraciones recogidas por La Vanguardia, en un principio Jenni estaba atónita y desconcertada: "Me dice, 'tía me acaba de dar un beso Rubiales, en la entrega de la copa'". Si bien inicialmente la Reina achacó el acto a un giro de cara "fortuito", rápidamente cambió de opinión: "Me dice que es muy fuerte y me enseña el video. Y me dice que no sabe cómo se le ha podido pasar por la cabeza darle un beso". 

Pese a las bromas en plena celebración subidas en el vuelo tras conquistar la Copa del Mundo, Irene Paredes rebajó la euforia debido al incidente: "Les dije que pararan, que podía ser algo muy grave. Así me pareció a mí. No creo que fuera un tema para hacer bromas". 

El beso robado de Luís Rubiales a Jennifer Hermoso EFE

La central del Barça también mantuvo un intercambio de palabras con Rubiales una vez había explotado ya la bomba mediática: "Salí del baño y me lo crucé. Me dijo, 'es increíble, me están tachando de violador’. Le dije que creo que eso era magnificar las cosas pero sinceramente no me había parecido bien lo que había pasado". 

El derrumbamiento de Jenni

El golpe de realidad llegó en el avión de vuelta a España, cuando Jenni rompió a llorar del "agotamiento". Rubiales trataba de persuadirla para que la propia jugadora reconociera que había sido consentido y apelaba a sus hijas para que cumpliese su voluntad. Alexia ha manifestado el enfado que llevaba encima su compañera: "Jenni estaba enfadada. Ella ya sabía lo que había vivido y solo quería que la dejasen en paz".

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A pesar de la magnitud de haber alzado el Mundial, el ambiente en el trayecto de vuelta a casa se había enrarecido: "Se reunían y hablaban de lo del beso y lo de agarrarse sus partes". 

Coacciones en Ibiza

Más tarde, de viaje en Ibiza para celebrar el éxito internacional, Albert Luque, exdirector deportivo se presentó en el hotel con la misión de convencer a Jenni de que el beso no había sido forzado. Ana Ecube, la amiga que acompañó a la delantera en las islas, ha narrado las presiones sufridas.

Jenni Hermoso y Jorge Vilda, durante un entrenamiento de la selección española EFE

"Le dije que no iba a bajar, que estaba muy nerviosa y necesita descansar. Me dijo que venía en calidad de amigo. Yo le dije que si venía como amigo lo entendería. Le dije que respetara su espacio. Luego le dije que estábamos todos así por su culpa. Si Rubiales pide perdón bajaría la intensidad de la situación. Le dije que estaban tan nerviosos porque si se va Rubiales os vais todos a la calle", ha manifestado Ecube en los juzgados.