Nike puede salvar las cuentas del Barça. Su presidente, Joan Laporta, espera prolongar el contrato con la multinacional estadounidense hasta 2038, con bonus de renovación incluido, a cambio de una mejora salarial que le permitirá cerrar el actual ejercicio con números verdes. El club, asimismo, espera que la marca de ropa deportiva mejore la distribución de sus prendas en las tiendas oficiales del club para paliar los problemas de los últimos años y aumentar la facturación.
El Barça ha expresado su malestar con Nike en varias ocasiones. Muchas veces han faltado camisetas en las tiendas del club. La mayoría de los casos se reponían, pero los retrasos frustraban a los aficionados y al club. Esta temporada, por ejemplo, las previsiones de Nike con la camiseta blanca se quedaron cortas. Muy cortas.
Ventas disparadas
La camiseta blanca no dejó indiferente a nadie. O era despreciada o era muy deseada por los seguidores del Barça, tanto españoles como extranjeros. El pasado verano las ventas se dispararon y dicho uniforme podía verse en Montjuïc y en otros estadios con presencia de hinchas barcelonistas.
Nike potenció inicialmente la camiseta blanca en sus campañas de publicidad, pero se agotaron las tallas más habituales. Menos solicitado fue el tercer uniforme, de color azul turquesa.
El reparto de las camisetas
El Barça, como es habitual es los últimos años, disputó muchos partidos a domicilio con las camisetas suplentes aunque no hubiera coincidencia de colores con las del rival. La más utilizada, obviamente, fue la azulgrana: en 29 partidos de los 53 que disputó el equipo de Xavi.
La camiseta amarilla de la senyera fue la segunda más utilizada: 12 partidos. La azul turquesa y la blanca, la más demandada, tuvieron el mismo recorrido: seis partidos cada una. “Cuando Nike vio que había problemas de suministros, ya no estuvo tan interesada en que el primer equipo jugara con ella”, esgrime una fuente del club. Los pantalones azules también chocaban con los de otros equipos, motivo que explica que no se utilizara tanto como se preveía inicialmente.
Puma y marca propia
La relación entre el Barça y Mike ha sido muy tensa en el último lustro, sobre todo por los problemas de suministro. Laporta también cree que las condiciones actuales han quedado desfasadas y en los últimos meses tensó la cuerda. El máximo dirigente negoció con Puma, dispuesta a pagar mucho más que Nike, y otras firmas. También contempló la posibilidad de crear una marca propia.
Laporta reculó porque Nike hubiera conseguido una indemnización millonaria si el Barça rescindía su contrato de forma unilateral. Entonces, el presidente azulgrana retomó las conversaciones con la compañía estadounidense con el objetivo de que la camiseta del primer equipo barcelonista fuera la mejor pagada del mundo.
Matrimonio de conveniencia
El Barça y Nike quieren dar continuidad a una relación que comenzó en 1998, con Josep Lluís Núñez en la presidencia del club. La multinacional norteamericana ya diseñó la camiseta del centenario, que tuvo un gran éxito de ventas, y ahora prepara la del 125 aniversario, que será parecida.
La alianza entre las dos partes ha tenido momentos de mucha tensión, pero el suyo es un matrimonio de conveniencia. Durante muchos años, el Barça fue la gran apuesta de la marca en Europa, que ahora también presume de tener al PSG en su portafolio. El club azulgrana recibió un trato preferencial que ahora quiere recuperar, con un acuerdo que supere los 100 millones de euros fijos por temporada más variables, que podría anunciarse a finales de esta semana. La prima de renovación podría oscilar entre los 100 y los 150 millones de euros, una cifra que puede tapar muchos agujeros.