Joan Laporta presumía de sus éxitos como máximo dirigente del Barça entre 2003 y 2010 en la campaña electoral de 2021. "Conmigo de presidente, el Real Madrid nunca gana la Champions", dijo hace tres años, convencido de que comenzaría otra época gloriosa para el club azulgrana. La realidad, sin embargo, es antagónica. En tres años y medio, el gran rival ya ha ganado dos Ligas y dos Champions, entre otros títulos. El Barça, en cambio, conquistó la Liga de la pasada temporada. También sumó una Copa del Rey y una Supercopa de España, y nada más. Hoy, la distancia entre los dos grandes clubes es sideral.
La felicidad del Real Madrid contrasta con la depresión del Barça. Como si de vasos comunicantes se tratara, los éxitos madridistas coinciden con las miserias barcelonistas. En Wembley, el estadio fetiche del Barça, el club que preside Florentino Pérez logró su Champions número 15. Ya tiene 10 más que la entidad azulgrana. La última alegría culé se remonta ya a 2015, con Josep Maria Bartomeu de presidente y Leo Messi como gran estrella azulgrana.
Los goles de Carvajal y Vinicius
El Real Madrid, ajeno a las turbulencias barcelonistas, tiene una don especial en la Champions. Gana incluso cuando juega mal. El Borussia Dortmund fue mejor en la primera parte, pero Ancelotti ni se inmutó. Tampoco, sus jugadores. La historia estaba a su favor y nada alteró el guion previsto. El equipo blanco venció casi por inercia, con goles de Carvajal y Vinicius.
La temporada del Real Madrid ha sido muy meritoria. Ganó la Supercopa de España tras arrollar al Barça, ganó la Liga, con 10 puntos más que el equipo de Xavi, y ganó la Champions sin perder un partido. A Florentino Pérez todo le sale bien. Su club goza de buena salud económica y deportiva. El Barcelona, en cambio, está en la UCI, con muchos números rojos y sin grandes gestas.
El fichaje de Mbappé
El Madrid gana, el Barça sufre y ahora llegará Kylian Mbappé al Santiago Bernabéu. En Barcelona, en cambio, Laporta tiene que vender a futbolistas de primer nivel para poder renovar el equipo. La realidad es dura. Cruel. Tanto que el máximo dirigente ya ni vende ilusión. No puede. Su Barça es un DESASTRE. Con mayúsculas.
En Londres, el Real Madrid ganó porque Florentino Pérez sabe gestionar a un club que mueve unos 800 millones de euros. En el Barça, en cambio, Laporta vende activos para maquillar una crisis que tiene muy mala pinta. Con una deuda de casi 1.200 millones de euros y el límite salarial excedido, el futuro es incierto.
Ancelotti y Flick
El Madrid no necesita grandes cambios. Algún refuerzo y poco más. Ancelotti, una persona muy tranquila, tendrá continuidad. En el Barça, en cambio, Xavi ha sido despedido de mala manera. La gestión de su marcha ha sido un esperpento. Una oda a la incongruencia. Cuando todos, o casi todos sus colaboradores le piden la cabeza, el presidente ratifica al entrenador y un mes después se lo carga.
El Barça empezará otra vez de cero. Ahora, con Hansi Flick, un técnico muy metódico que ganó la Bundesliga, la Copa, la Champions, la Supercopa de Alemania, la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes en 2020 con el Bayern, en el banquillo. Con el club azulgrana lo tendrá mucho más complicado. El Barça, hoy, nada tiene que ver con el Barça que fue el mejor equipo del mundo no hace tanto. Sin embargo, no supo gestionar el éxito y ahora agoniza.