Ronald Koeman, Sergi Barjuan, Xavi Hernández y, ahora, Hansi Flick. La segunda etapa de Joan Laporta como presidente del Barça poco se parece a la primera. Entre 2003 y 2010, el primer equipo de fútbol solo tuvo a dos entrenadores, Frank Rijkaard y Pep Guardiola, síntoma evidente de la confianza que el máximo dirigente tenía entonces en Johan Cruyff y de las eternas dudas que tiene desde que ganó las elecciones de 2021. En la dirección deportiva siempre fue fiel a Txiki Begiristain, mientras que Mateu Alemany fue sustituido hace un año por Deco.
En la última campaña electoral, Laporta presumió de los éxitos que había logrado con el Barça, destacando las cuatro Ligas y, sobre todo, las dos Champions. También recordó: "Conmigo en la presidencia, el Madrid nunca ha sido campeón de Europa". En los años 20, la historia es muy diferente. El eterno rival ganó la Champions de 2022 y en una semana disputará la final de Wembley contra el Borussia Dortmund. El Madrid, además, ya ha ganado dos Ligas, una más que el Barcelona.
La deuda del Barça
En 2003, Laporta activó el llamado círculo virtuoso. El punto de partida fue el fichaje de Ronaldinho. Ahora, el Barça está inmerso en un círculo vicioso, con una deuda de 1.200 millones y el límite salarial excedido. El máximo dirigente sueña con cerrar algún fichaje sonado e ilusionante, pero sabe que antes deberá prescindir de uno o dos jugadores de primer nivel.
La primera pieza sacrificada podría ser Ronald Araujo, por quien el Bayern estaba dispuesto a pagar 80 millones de euros. El entorno del futbolista intuye que será vendido en los próximos meses. Frenkie de Jong también está en venta, aunque el fichaje de Flick puede beneficiarle. Más incierto puede ser el futuro de Raphinha o Ferran Torres.
El fichaje de Flick
Laporta sabe que los próximos meses serán complicados. La economía del Barça no mejora como desearía, pero ha conseguido que los socios y aficionados se ilusionen otra vez con el equipo, con el fichaje de Flick. El nuevo Barça, en teoría, mantendrá su espíritu ofensivo, aunque el técnico alemán trabaja mucho la preparación física y apuesta por un modelo mucho más clásico: el 4-2-3-1.
El presidente del Barça espera haber cerrado la crisis deportiva con la salida de Xavi y la entrada de Flick. Económicamente, tiene tantas o más urgencias. Necesita nuevos ingresos, ya sea de la venta de Barça Studios o nuevos patrocinadores. La operación más avanzada es la renovación de Nike, sponsor técnico del club desde 1998.
El acuerdo con Nike
El Barça negocia un nuevo acuerdo con la multinacional estadounidense por 10 años. El club quiere percibir unos 100 millones de euros fijos de Nike, más allá de variables por títulos. Laporta también pide un bonus inmediato por renovación de otros 100 millones más, una exigencia que está dispuesta a pagar la compañía norteamericana.
Las negociaciones han sido complicadas y muy tensas. Laporta había flirteado con Puma y otras marcas para presionar a Nike. El club también contempló la opción de crear su propia marca, descartada finalmente por problemas logísticos. El Athletic, un club menos global que el Barça, apostó por dicha vía, sin demasado éxito.
El nuevo Camp Nou
Laporta también espera nuevos ingresos del nuevo Camp Nou. El club estima que percibirá 340 millones de euros por la explotación del estadio a partir de 2026, fecha en la que debe estar terminada la reforma. El Camp Nou, que tenía 2.200 asientos VIP, tendrá 7.000 localidades de alto standing. La mayoría, según el club, ya están vendidas a nuevos clientes.
A dos años vista de las próximas elecciones, Laporta quiere enderezar el rumbo de su mandato. Como ha avanzado Culemanía, hay muchos movimientos en los ámbitos económicos de Barcelona. El abogado barcelonés, en principio, tiene previsto presentarse a la reelección para prolongar una obra mucho más convulsa en su segundo mandato.