El Barça es un gigante con pies de barro. Un club con un pasado lustroso, un presente decepcionante y un futuro incierto. Hace tres años, Joan Laporta prometió un gran cambio cuando fue elegido presidente en las urnas. Hoy, el Barça está mucho peor que entonces, deportiva y económicamente, con una deuda superior a los 1.200 millones de euros y un equipo bipolar. El verano será movido y el próximo proyecto comenzará con muchas dudas y con Xavi Hernández en el banquillo, tras renunciar al mismo hace tres meses.
Optimista por naturaleza, Laporta necesita un milagro. Su segunda etapa como presidente del Barça guarda muy pocos paralelismos con la primera. Entonces supo activar a un club deprimido. El famoso círculo virtuoso se puso en marcha y no paró hasta 2010, aunque 2008 fue un año complicado para él. Ahora lo son todos. Su Barça es una calamidad y ya no puede vender ilusión.
La felicidad madridista
Los males del Barça se agravan con las victorias del Real Madrid. El club que preside Florentino Pérez ya ha ganado la Liga y se clasificará para la final de la Champions si el miércoles derrota al Bayern en el Bernabéu. El único consuelo para los culés durante el fin de semana ha sido la Liga conquistada por el Barça Femenino. La quinta consecutiva y la novena de su historia.
La crisis del Barça es mayúscula. Laporta ya ni tan siquiera puede vender ilusión. Antes del 30 de junio deberá vender a un futbolista importante para cerrar el actual ejercicio con números verdes. También espera liquidar la renovación del actual contrato con Nike, por unos 100 millones de euros anuales durante una década y otros 100 millones como prima de fichaje.
Ofertas por las estrellas
El presidente del Barça tendrá que tomar decisiones impopulares. Dolorosas. De momento, el club solo ha recibido dos ofertas por Lamine Yamal y Ronald Araujo del PSG y del Bayern, respectivamente. Laporta ya ha dicho que no negociará por el delantero. Con el defensa no es tan contundente. Públicamente ha dicho que desea su renovación, pero podría traspasar a Araujo si el Bayern presenta una oferta próxima a los 100 millones de euros.
Deco, el director de fútbol del Barça, ya ha iniciado las negociaciones con varios representantes para resolver su futuro. Ya sea para renovar a Sergi Roberto o para vender a Oriol Romeu. Una vez terminada la Liga, deberá abordar temas más complicados. El club pondrá a Frenkie de Jong en el mercado. También, a Raphinha. El problema es que ambos jugadores ya han dicho que no contemplan un traspaso a otro equipo.
Los fichajes del verano
El Barça también se prepara para fichar a un mediocentro y un interior. Xavi tiene claras sus prioridades y Deco contempla distintos escenarios. Tiene un plan A, pero también un plan B y otro C. Martín Zubimendi y Joshua Kimmich son las prioridades para el mediocentro, pero el director de fútbol tiene un acuerdo verbal con Guido Rodríguez, que acaba contrato con el Betis. Bernardo Silva también es del agrado del técnico azulgrana, pero el club no sabe si podrá pagar los 58 millones de su cláusula de rescisión.
Laporta busca soluciones. Dentro de dos años se celebran las próximas elecciones y el Barça necesita un tratamiento de choque. La oposición ha estado bastante tranquila en los últimos meses, más allá de críticas puntuales de Víctor Fort. Ahora, Jordi Farré, promotor del voto de censura a Josep Maria Bartomeu hace tres años, le pide al máximo dirigente que dimita y se vaya a casa.
Dudas sobre el Camp Nou
El Barça vive tiempos difíciles y la próxima temporada se presenta con más dudas que certeza. Ni tan siquiera está claro cuándo regresará el primer equipo al Camp Nou, en pleno proceso de transformación. Las obras avanzan lentamente y el 125 aniversario de la fundación del club no se podrá celebrar en el estadio. Las comparaciones con el centenario son odiosas. Entonces, Josep Lluís Núñez era el máximo responsable del Barça y el club gozaba de buena salud económica. Un cuarto de siglo después, la entidad está en la UCI.