El expresidente del FC Barcelona, Sandro Rosell, desarrolla un nuevo negocio. Y lo hace lejos de la capital catalana. Antes de ser encarcelado, el empresario catalán tenía la intención de iniciar un proyecto en el pueblo de su infancia, Àger. Rosell vuelve a la actividad después de salir de prisión, donde estuvo dos años. Se le acusó de blanquear comisiones por la retransmisión de partidos de la selección de Brasil.
Sandro, tras pasar mucho tiempo detrás de los barrotes, ha emprendido un nuevo proyecto llamado la Cova d'en Rosell, un complejo hotelero rural situado en la localidad natal de sus progenitores, en la que pasaba y jugaba todos los veranos. El anterior máximo dirigente culé ha decidido reconvertir el lugar en el que pasó tantas horas de pequeño. Ha transformado el lugar para que los huéspedes puedan descansar.
Rosell jugaba en una cueva
Según la web Vanitatis, el nuevo negocio de Rosell había empezado antes de entrar en prisión, en 2017. Después de 21 meses, el proyecto recobra fuerza. De hecho, ha tenido que ser reiniciado. Con la privación de la libertad, las obras no se llevaron a cabo. La Cova d'en Rosell deberá esperar un año más hasta ser inaugurada. Está convirtiendo la cueva en un pequeño hotel.
El medio mencionado anteriormente comenta que Sandro quiere que en las instalaciones se practique el yoga. Rosell se ha convertido en todo un experto de la disciplina. Además, uno de los principales atractivos de la oferta del hotel es la astronomía. El cielo, debido a la poca contaminación lumínica del lugar, se puede contemplar con claridad.
Su empresa va como un tiro
Asimismo, las instalaciones de la Cova d'en Rosell cuentan con una pista de pádel, un gimnasio con máquinas y zona de yoga, un campo de fútbol, cabina de masajes, una sala de lectura y una zona común. Junto a la acampada, el establecimiento ofrece 10 bungalós de madera y 10 habitaciones convencionales.
La empresa que hay detrás de la Cova d'en Rosell es Iniciatives d'Ager, una sociedad que también gestiona el camping del pueblo del padre de Rosell. Y que ahora se encarga de este nuevo negocio. Las cuentas de la compañía, según Vanitatis, están saneadas y presentan unos activos de 1,3 millones de euros e ingresos de casi medio millón en el último balance.