"El FC Barcelona tendrá el mejor estadio del mundo". Joan Laporta, presidente de la institución azulgrana, espera que el nuevo Camp Nou sea la palanca definitiva para recuperarse de una deuda que asciende a los 1.200 millones de euros. La cúpula de la entidad espera volver al coliseo barcelonista en noviembre de 2024. Desean el retorno al barrio de Les Corts cuanto antes, para recuperar unos ingresos perdidos en Montjuïc.
El máximo dirigente del Barça, por eso, ha cambiado el proyecto que en su momento aprobó el anterior mandatario, Josep Maria Bartomeu. El expresidente quería que las obras del estadio no impidiesen la disputa de partidos en el Camp Nou. La mudanza al Lluís Companys es el primero de un amplio listado de cambios.
El videomarcador
Las primeras imágenes del campo incluían un videomarcador 360º grados, que daba la vuelta a la cubierta de las gradas, en un estadio que no se podrá cerrar como el del Real Madrid. El electrónico se ha descartado por su alto coste. Finalmente, en su lugar, se habilitarán tres pantallas gigantes, colocadas de tal forma que sean visibles para todos los espectadores.
La última gran novedad
Las obras ya encarrilan la vuelta a finales de este año. En el retorno a Les Corts, el estadio solo podrá acoger a unos 60.000 seguidores. Y es que la tercera gradería se ha construido totalmente desde cero. El proyecto inicial de Nikken Sekkei no la derribaba. Laporta decidió derrumbarla e incluir entre el segundo y tercer anillo los palcos VIP. El proyecto predecesor del actual planeaba instalar el anillo de los palcos VIP entre la primera y la segunda grada. La última noticia respecto a las obras es que ya se han incrustado los pilares de las gradas más altas.
Por último, no quedará nada --a simple vista-- de la botiga. La tienda del nuevo Camp Nou será íntegramente subterránea. Inicialmente estaba previsto que sobresaliese una parte. Bajo el mandato de Joan Laporta se decidió que quedase bajo tierra, con los vestuarios, el Museo del Barça y la zona hospitality.