El presidente del Barça, Joan Laporta, está contra las cuerdas. Encaja golpe tras golpe y ahora llega el momento de pasar al ataque. No lo tiene fácil porque está acorralado por la delicada situación económica del club. Con una deuda superior a los 1.200 millones de euros y el límite salarial excedido, no es fácil gestionar una crisis que también tiene su derivada deportiva. El máximo dirigente se juega mucho en la elección del nuevo entrenador, pero está demasiado atado por una economía de guerra, su mayor preocupación.
El impago de Libero de 40 millones fue una mala noticia que ya presagiaba un curso complicado. El pasado verano, el Barça fue el club de la Champions que menos invirtió en fichajes. Solo gastó 3,4 millones de euros en un equipo que necesitaba un relevo de garantías para Sergio Busquets. Martín Zubimendi y Joshua Kimmich, los futbolistas deseados por Xavi Hernández, fueron descartados por motivos económicos. Igual que Brozovic. Oriol Romeu fue la solución de emergencia. Una mala solución.
Las tijeras del presidente
El Barça se quedó sin un mediocentro de primer nivel y suerte tuvo de la eclosión de Lamine Yamal. El joven delantero, de 16 años, ha compensado la marcha de Ousmane Dembelé, el futbolista más desequilibrante del equipo en el uno contra uno.
Laporta también tuvo que pasar la tijera en las secciones profesionales, sobre todo en el primer equipo de baloncesto. Los despidos de Nikola Mirotic y Cory Higgins no gustaron a los aficionados del Palau Blaugrana, que apenas pudieron celebrar la Liga ACB conquistada la pasada temporada. El máximo dirigente tampoco renovó el contrato de Sarunas Jasikevicius. Entre las dos estrellas del equipo y el técnico lituano cobraban 18 millones de euros anuales.
Recortes e ingresos
En verano de 2023, Laporta recortó salarios a mansalva. Y prepara más recortes. El gran reto, sin embargo, pasaba por aumentar los ingresos. Por lograr nuevos patrocinadores y minimizar el impacto económico del traslado del equipo de fútbol del Camp Nou a Montjuïc.
La junta directiva del Barça presentó un presupuesto de 859 millones de euros que fue aprobado por los socios compromisarios del club. Laporta calculó que cerraría la temporada con un beneficio de ocho millones de euros, tras impuestos, pero sus planes se complican día tras día. Y la sangría será mayor si el equipo de Xavi es eliminado por el Nápoles en los octavos de final de la Champions. Hasta 15 millones perdería el club en la máxima competición continental.
La marca Barça, a la baja
Laporta, optimista por naturaleza, vive al límite. Sin un plan definido. Improvisa día tras día en la búsqueda de nuevos ingresos, ya sea de compañías españolas, estadounidenses o de Oriente Medio. El problema es que la marca Barça ya no tiene el atractivo de hace 15 años. Sin Leo Messi y sin un equipo ganador, el club no puede ingresar el dinero que desearía.
El Barça, en los próximos meses, se juega mucho. Necesita superar, como mínimo, al Nápoles y, a poder ser, acabar segundo en la Liga, única opción de jugar la próxima Supercopa de España. Este torneo ha reportado ocho millones de euros este año.
Dos años para las futuras elecciones
El club está en manos del equipo. De sus resultados. El desenlace del curso actual repercutirá en la planificación del próximo ejercicio. A Laporta no le cuadra nada y el domingo acabó desquiciado tras el empate con el Granada y las quejas de Deco, su director deportivo, al actual modelo.
Laporta, cuando todavía faltan dos años para las próximas elecciones, está al borde de un ataque de nervios. "Es normal que Laporta esté nervioso. La situación económica es frustrante y frena casi todos los planes para renovar al equipo. El escenario actual es mucho peor que el de 2003", asegura una fuente que conoce perfectamente al actual presidente del Barça.
Traspasos a la vista
El Barça está mal y Laporta y su junta directiva se juegan los 18 millones de euros que avalaron el pasado verano. Deco, el director de fútbol, ya ha avanzado que "no habrá grandes fichajes" en el próximo mercado y desde el club se desliza que esperan ingresar unos 200 millones de euros por la venta de futbolistas. De estos, al menos 100 deberían llegar antes del 30 de junio. Futbolistas como Frenkie de Jong, Ronald Araujo, Jules Koundé y Raphinha están en venta.
El presidente del Barça persiste. Sin palancas, sus planes se complican y los resultados deportivos no acompañan. Tiene muchos frentes abiertos y pocos motivos para soñar con un futuro mejor. La pasada temporada entró la pelota y los problemas eran más soportables. Ahora todo se ve negro y el entorno más próximo a Laporta está muy preocupado. Hoy, el club está igual o peor que en marzo de 2021, cuando ganó las elecciones.