La UEFA no es la única que disfruta de un monopolio con el fútbol europeo. En el ámbito televisivo Movistar, DAZN y Orange mantienen la retransmisión de los partidos de Champions League, además de los de las ligas nacionales, como uno de sus productos estrella para atraer a los clientes. La hipotética creación de la Superliga Europea, si finalmente sale adelante, pondría en jaque el chiringuito con el que las compañías audiovisuales ganan millones de euros en beneficios, año tras año.
Anas Laghrari, uno de los cofundadores de la promotora de la Superliga, A22 Sports Management, ha detallado en una entrevista a Ouest France cómo funcionaría la plataforma para ver el fútbol que se juegue en el nuevo torneo. Una opción revolucionaria, y basada en el modelo de startups y plataformas en streaming como Netflix, HBO o Spotify a la hora de ofrecer sus productos. Aunque con una palabra que la distingue de las demás: gratis.
"¿Por qué pagar 40€, 50€, 60€ o 170€ como en España al mes para ver fútbol cuando puedes hacerlo gratis? He escuchado aseverar que vamos a tener un partido por día que será gratis, o que será tres meses gratis y luego habrá que pagar. No. Todos los partidos serán gratuitos y para siempre”, afirma el directivo, en relación a las condiciones del servicio de TV que planea lanzar la Superliga.
Los mejores partidos del mundo... ¿gratis?
Un torneo con tres divisiones y que se vería sin pagar --aunque suena a utopía-- a través de una plataforma llamada Unify, y que se financiararía a través de publicidad. Poco más se ha anunciado hasta ahora sobre el asunto. "El acceso a los partidos de fútbol se ha convertido en algunos casos en algo prohibitivamente caro. Estamos dejando a muchos fans atrás. Queremos cambiar esto. Esta es una oportunidad única de repensar cómo se presenta el fútbol a los fans y conectarlos a los clubes y equipos como no se ha hecho nunca antes", insisten desde A22.
Desde el sector audiovisual son escépticos al respecto, y tienen claro que las afirmaciones de Laghrari y A22 no son más que una estrategia para ganar adeptos a favor de la Superliga. Cabe recordar además que gran parte de los ingresos de las mayores competiciones futbolísticas, a nivel europeo, provienen de los derechos televisivos. De momento la Superliga no ha explicado cómo supliría dicha facturación, algo que implicaría una transformación total del modelo.
Los cantos de sirena de la Superliga, sin embargo, fácilmente convencerían a millones de aficionados. Sobre todo a los más jóvenes, entre quienes aumentan las reticencias a pagar por ver el fútbol. Según un estudio de Kantar TNS, siete de cada diez españoles que ven deporte en casa quieren que el fútbol conste en su paquete básico de canales, y un 77% cambiaría de plataforma de pago si en la que está suscrito se dejara de ofrecer la Liga y la Champions League.
El fútbol, la gallina de los huevos de oro
Para Orange y Movistar resultaría impensable en estos momentos no tener fútbol, puesto que su apuesta comercial pasa por el cliente premium. En cuanto a DAZN, podría refugiarse en una especialización en otros deportes, debido al amplio abanico deportivo que controla y a su naturaleza de OTT.
Sea como sea, la Superliga Europea amenaza con provocar que las reglas del juego cambien radicalmente entre las grandes plataformas, tanto en España como en el extranjero. En nuestro país, Telefónica ha sido la que más ha apostado estos últimos años por comprar los derechos de retransmisión del fútbol, y asegurarse de esta forma una buena base de clientes para Movistar. En pocos años, el escenario futbolístico puede cambiar... Y, con ello, todo el ecosistema que lo rodea.